Chilenas
Ha pasado por las tierras vascas la lingüista mapuche Elisa Loncón para recibir el premio “René Cassín” de derechos humanos.
Allí la activista y académica mapuche ha destacado que en Chile se ha iniciado un proceso para cambiar la Constitución que dejó la dictadura y que legitimó un modelo social y político segregador, sobre la base de un modelo neoliberal que hoy los pueblos del país pretenden superar.
La activista, en su intervención delante del presidente vasco Urkullu, ha relatado que sus ancestros lucharon contra el colonialismo y la dictadura de Pinochet y que todos sus abuelos tenían un sueño común: el de recuperar el territorio usurpado, la soberanía y la cultura de su pueblo. “Esa es la lucha que abrazo y me inspira”.
El premio “René Cassin” (uno de los principales inspiradores de la Declaración de los Derechos Humanos y que recibió el Premio Nobel de la Paz en 1968) fue creado en 2003 y reconoce públicamente a personas y entidades que destacan en la defensa de los derechos humanos.
Elisa Loncón ha presidido el primer periodo de la convención constituyente chilena, que prepara la propuesta de nueva Constitución. El “Financial Times” la consideraba hace unos días como una de las 25 mujeres más influyentes del mundo. Ahora la sucede en la presidencia constituyente otra Elisa, Quintero.
Por aparte de la constituyente está el Gobierno.
Y aunque faltan casi dos meses para que se produzca el relevo de Piñera a Boric, ya se ha dado a conocer la composición del nuevo Gobierno, de 14 mujeres y 10 hombres.
Responde a las alianzas (Frente Amplio, comunistas, socialistas...) que llevaron a ganar la Presidencia al joven Boric frente a la candidatura de extrema derecha, con varias carteras en manos de independientes de supuesto perfil técnico, y en el caso de las mujeres, todas ellas activistas destacadas en la defensa de derechos.
Camila Vallejo, que también fue lideresa estudiantil como Boric, es una de ellas, y Jeannette Jara, otra, que como Camila fuera presidenta de la Federación de Estudiantes en tiempos de abundantes movilizaciones.
Por su simbolismo destaca que la nueva ministra de Defensa vaya a ser una nieta de Salvador Allende. Es decir, que los militares chilenos tendrán como autoridad a una descendiente del presidente al que derrocaron (sus antecesores) en un golpe militar cruento auspiciado por los Estados Unidos.
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