Nos toman por puros pardillos, o qué pasa
Cuando el 29 de diciembre fueron publicados en el BOE los Presupuestos Generales del Estado para el año 2022, yo que soy un tipo raro que, en lugar de preocuparme de la marcha del Sporting o del Oviedo, me da por ir a hurgar en internet por ver qué nos dicen este tipo de publicaciones, ese día encontré extraño el hecho de que en el Título IV de la Ley de Presupuestos, que habla de pensiones, no se mencionara, como se viene haciendo desde hace muchos años, el porcentaje concreto de revalorización de las pensiones en el año 2022, sino que a cambio decía que “las pensiones experimentarán un incremento porcentual igual al valor medio de las tasas de variación interanual del IPC de los doce meses previos a diciembre de 2021”.
Yo, que me considero uno de los más torpes de la clase, pregunto: ¿si el periodo para determinar el porcentaje de revalorización de las pensiones se cierra a 30 de noviembre, cómo es posible que el BOE del 29 de diciembre aún no nos pudiera dar el porcentaje exacto de revalorización que quedó fijado en un 2,5%, en lugar de todo ese rollazo que nos contó y que yo acabo de repetir? Ahora me explico por qué el sábado 22 de enero el señor Sánchez en su mitin en Gijón anunció que “el Consejo de Ministros aprobaría el martes 25 de enero la actualización de las pensiones de 2022”. Pero vamos a ver, esto parece de cachondeo y pura propaganda. Yo hace años que dispongo de autorización para entrar con clave en la Sede Electrónica de la Seguridad Social, y ya hace un par de semanas que descargué el informe correspondiente a mi pensión para el presente año y lleva incorporada una subida de un 2,5%. Siendo así, ¿a qué viene eso de venir en plan grandón el anunciarnos ahora que el Consejo de Ministros, bla, bla, bla...?
De otra parte, el mismo periódico decía que la señora Lastra había comentado en ese mismo mitin que su madre la había llamado para comentarle que en su cuenta bancaria había un ingreso que consideraba erróneo, y que ella le aclaró a su madre que no había tal error, sino que se trataba de la paga de atrasos por la desviación del IPC en el año 2021, ya que ellos cumplen. Señora Lastra, con todo mi respeto hacia usted y su querida mamá, siento decirle que dudo mucho que a estas alturas del año hubiese un solo pensionista en España que no supiese que nos iban a pagar lo que el resto de España llama “la paguilla de atrasos”. Ya se habían encargado ustedes y los medios de comunicación de pregonarlo desde hace meses a los cuatro vientos. Por favor, señora Lastra, que los pensionistas ya dejamos el parvulario muchos años antes de venir usted al mundo.
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