El asunto de Ucrania
En 2013, Moscú promocionaba lo que se llamaba "la Unión Económica Euroasiática" que uniría a los nuevos países -las antiguas repúblicas- que constituyeron la extinta Unión Soviética, bajo el liderazgo de Moscú, dentro de un sistema común de tarifas y de un espacio económico unificado con el rublo como moneda de intercambio. Ucrania al mismo tiempo estaba negociando con la Unión Europea un acuerdo de asociación para una mayor integración económica. Había de hecho, una incompatibilidad entre los dos tipos de negociaciones porque era imposible estar dentro de dos sistemas de tarifas mutuamente exclusivas al mismo tiempo. Si Ucrania completaba sus negociaciones con la Unión Europea, no podría formar parte de la Unión Económica Euroasiática de Putin.
Es más, el compromiso de Ucrania con la Unión Europea tendría un impacto geopolítico importante, mostrando una Ucrania alejada de Rusia. Las negociaciones entre Kiev y la Unión Europea continuaban sobre todo a nivel técnico, sin prestar mucha atención a los asuntos geopolíticos.
Para Rusia, Ucrania es de interés capital. En la narrativa de Moscú, era una parte de Rusia, desde los tiempos de la alianza con el Gran Ducado de Moscú en 1654, pues, como Putin resumió, "Ucrania no es ni un país… ¿Qué es Ucrania? Parte de sus territorios es Europa del Este, pero la mayor parte es un regalo nuestro". Más tarde, citando las palabras de un comandante Ruso Blanco en la guerra civil rusa, "La Gran Rusia y la Pequeña Rusia-Ucrania-. A nadie debería permitírsele interferir en las relaciones entre nosotros, siempre han sido asuntos de la misma Rusia".
La economía ucraniana era un caos y de una corrupción endémica. El rey de la corrupción era el presidente Viktor Yanukovych. Derrotado en 2005, pero de retorno a la política fue elegido presidente en 2010. En 2013, para evitar el acuerdo con la Unión Europea, Moscú elevó la apuesta y la presión. Yanukovych se retiró del acuerdo con la Unión Europea. Su salida fue lubricada con un préstamo de Moscú por valor de 15.000 millones de dólares.
Los ucranianos se enfadaron. A finales de 2013, medio millón de manifestantes invadieron la plaza Maidan de Kiev en protesta por el abandono del acuerdo con la Unión Europea y contra el aumento de la corrupción y la influencia rusa. Mientras, Moscú denunciaba a los manifestantes como fascistas y neonazis.
En febrero de 2014, la policía disparó a los manifestantes, matando a centenares de ellos. La guerra civil parecía inminente. Tres ministros europeos de Asuntos Exteriores volaron urgentemente y llegaron a un acuerdo con Yanukovych y la oposición para acelerar las elecciones presidenciales. Yanukovych súbitamente huyó a Rusia. Los Estados Unidos y la Unión Europea anunciaron inmediatamente su apoyo al nuevo Gobierno interino. Una de sus primeras acciones fue prohibir el ruso como lengua oficial, que había tenido compartida con la lengua ucraniana. El ruso era la primera lengua entre otras, particularmente en Ucrania del este y en Crimea. Este desafortunado error se rectificó rápidamente.
Durante la celebración de los Juegos Olímpicos de invierno de 2014, en las nevadas montañas de los alrededores de Sochi, en el sur de Rusia, en medio de la gloria y brillantez de los juegos, el Gobierno ruso -posiblemente Putin y su círculo íntimo- tomaron una decisión, quizás de acuerdo con un plan de contingencia preexistente, de provocar la aparición de fuerzas paramilitares en Crimea, la península que se extiende desde Ucrania en el Mar Negro. Las fuerzas paramilitares estaban allí, como se declaró, para proteger a los rusos oprimidos que viven en Crimea. Rusia tomó el control de la península.
Crimea, con su clima semitropical en verano, ha sido el lugar favorito de vacaciones de los zares, la nobleza y los líderes comunistas, y también para millones de ciudadanos soviéticos normales. En 1954 el líder soviético Nikita Khrushchev donó teatralmente Crimea a la República Soviética Ucraniana -aparentemente para celebrar el trescientos aniversario del juramento de lealtad de los cosacos al Gran Ducado de Moscú en 1654- y por consiguiente la unión de Ucrania con Rusia. Pero Khrushchev estaba también buscando asegurarse el apoyo del Partido Comunista Ucraniano en su batalla por la sucesión de Stalin, que había fallecido el año anterior.
El regalo de Crimea no importaba en los tiempos de la Unión Soviética. Pero sí importaba y mucho, sin embargo, cuando Ucrania y Rusia se convirtieron en países diferentes, y no solo por cuestiones nostálgicas y como lugar de vacaciones. La ciudad crimea de Sebastopol era el puerto de la flota rusa, arrendado a Rusia por Ucrania, que le permitía su salida al mar Mediterráneo.
A mediados de marzo de 2014, un referéndum organizado por Moscú en Crimea había supuestamente obtenido el 96 de los votos para la opción de unirse a Rusia. Al día siguiente, Putin anunció la reunificación de Crimea con Rusia. Los Estados Unidos y la Unión Europea, cogidos por sorpresa, declararon que Rusia había derribado las fronteras aceptadas de Europa e impuso sanciones.
Los ucranianos protestaron por la anexión. Los rusos habían participado en el Memorandum de Budapest de 1994, que garantizaba la integridad del territorio ucraniano a cambio de la entrega de su arsenal nuclear (Ucrania cedió a Rusia 5.000 bombas nucleares, 220 vehículos necesarios para usarlas, incluyendo 176 misiles balísticos intercontinentales y 44 aviones bombarderos de gran alcance con capacidad nuclear). Pero Moscú insistió que el Memorandum de Budapest había sido invalidado por lo que se describía como un "golpe de Estado", supuestamente diseñado por el Oeste, que había derribado, lo que se afirmaba era el Gobierno legítimo de Ucrania.
Seguidamente fuerzas separatistas, fuerzas paramilitares y soldados rusos "de vacaciones" iniciaron operaciones militares en el Donbáss, el corazón industrial en el sureste de Ucrania, todavía muy integrado en la economía rusa, especialmente en la industria de defensa. Los separatistas pro rusos se apoderaron de varias ciudades. La revuelta derivó en guerra, con el soporte y la involucración del Ejército ruso.
El 16 de julio de 2014, los Estados Unidos elevaron las sanciones a los sectores rusos financieros, de defensa y de energía. Pero al día siguiente, 17 de julio, separatistas pro rusos, creyendo aparentemente que estaban apuntando a un avión de tropas ucraniano, con un misil ruso tierra-aire, derribaron un avión de Malaysian Airlines en el este de Ucrania. 298 pasajeros perdieron la vida, dos tercios de ellos holandeses. Los europeos se unieron a las nuevas sanciones. En lugar de la fuerza, las sanciones se convirtieron en el centro de la respuesta internacional a las agresivas acciones de Rusia en Ucrania. Desde entonces, la guerra se ha ampliado, con al menos catorce mil muertos, aumentando la separación entre Rusia y Ucrania y entre Rusia y el Oeste.
Un conjunto de sanciones estaba dirigido a personas y organizaciones específicas que se consideraban cercanas a Putin o activas en Crimea y el Donbáss. Otro conjunto restringía el acceso de Rusia al sistema financiero mundial y su capacidad para recaudar dinero en los mercados internacionales, y, al mismo tiempo, cortaba la inversión extranjera en Rusia. La tercera de las sanciones tenía como objetivo limitar el poderío energético de Rusia. Se tuvo cuidado de que las sanciones no obstaculizasen la producción de petróleo de Rusia, por temor a elevar el precio del petróleo, en un momento en que ya estaba alto. En cambio, estaban dirigidas a las nuevas áreas de crecimiento que requerían tecnología y socios occidentales. Se prohibió la participación occidental en el Ártico. La vasta plataforma ártica de Rusia está poco explorada, pero se cree que potencialmente contiene grandes recursos de petróleo y gas. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, la extensa plataforma continental del Ártico puede constituir el área prospectiva no explorada más grande de petróleo que queda en la tierra". También se dirigió al petróleo de esquisto y a los inmensos recursos no convencionales de Rusia, incluida la enorme formación Bazhenov, debajo de la cuenca de Siberia Occidental.
En febrero de 2015, se negoció tras un alto el fuego con las tropas separatistas, que incluía como condiciones la retirada del armamento pesado del frente y la descentralización de las regiones rebeldes. También incluía el control ucraniano de la frontera con Rusia y la retirada de todas las tropas extranjeras del territorio ucraniano
Y en el asunto del suministro de gas natural a Europa, con el conflicto de intereses económicos y geopolíticos para evitar la dependencia del gas ruso, en diciembre de 2019, Rusia y Ucrania habían llegado a un acuerdo sobre lo que parecía ser su eternamente enconada batalla por el gas natural. Rusia garantizaba por cinco años el gas natural a Europa a través de Ucrania. También acordó pagar a Ucrania una reclamación de arbitraje de 3 mil millones de dólares que Ucrania había ganado contra Gazprom.
Ucrania ya no depende directamente del gas de Rusia, sino que importa gas natural a través de Eslovaquia, Hungría y Polonia. Además, la producción nacional suministra alrededor de dos tercios de la demanda total, con posibilidades de crecimiento, ya que Ucrania posiblemente posea los mayores recursos de gas natural de los países europeos. Alrededor del 80% de la producción actual proviene de la empresa estatal de gas.
El 1 de enero de 2016, Ucrania se unió al Tratado de Libre Comercio con la Unión Europea, cuyo objetivo es modernizar y desarrollar la economía, la gobernanza y el estado de derecho de Ucrania según los estándares de la UE y aumentar gradualmente la integración con el mercado interno de la UE
El 21 de febrero de 2019, se enmendó la Constitución, con las disposiciones a seguir para incorporarse a la Unión Europea y a la OTAN.
(Extraído del libro "The New Map" de Daniel Yerguin, Penguin Random House UK, 2020)
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