Para mi buen tío José
Querido tío José: Recibimos la triste noticia de tu fallecimiento, el domingo 23 de enero del 2022, en un hospital francés acuciado por esa terrible enfermedad llamada cáncer. Lamentamos no poder asistir a tu partida para ese último viaje, ni tampoco podremos acompañar a tu familia en estos momentos tan dolorosos y difíciles. Lo que sí haremos es mantenerte vivo en nuestros corazones guardando de forma perenne un muy grato recuerdo tuyo.
Te fuiste muy joven del pueblo, de Sanzo, en busca de fortuna allende los mares. En primer lugar, te estableciste en Uruguay, concretamente en Montevideo, y allí fundaste una familia junto al lado de tu esposa, Loli. Os casasteis el 4 de junio de 1966 en Montevideo.
Recuerdo que siendo niño vi una foto tuya que nos enviaste desde Montevideo, en la que se veía tu imagen en un televisor ocupando la pantalla por entero. La verdad es que quedé prendado de la foto, me dijeron que cantabas muy bien y por eso habías salido en la televisión uruguaya.
Pasaste algún tiempo sin volver a España, a tu tierra asturiana, no era posible pues cruzar el Atlántico costaba un pico y no estaban los tiempos para dispendios.
Después de unos cuanto años por aquellos lejanos lares, te trasladaste con tu familia a Francia, tenías un nuevo trabajo. Entonces ya sí podías permitirte venir de vacaciones de vez en cuando a España, a Asturias y también a Galicia para visitar a la familia de Loli.
Nos veíamos en consecuencia más a menudo y fuimos poco a poco conociéndonos un poco mejor y entablando una mayor relación.
A raíz de la enfermedad de mi madre, tu hermana, hemos mantenido charlas telefónicas dominicales periódicas en las que hablábamos un poco de casi todo. No pudiste asistir a su final físicamente, pero sí estuviste con ella hasta el último segundo de su vida, me consta. De igual manera transcurrió con mi hermano Elías, sentí tu apoyo desde el primer momento y hasta el final. Me preocupaba tu salud y me percaté de la gravedad cuando hubo que interrumpir nuestras charlas.
Se nos va otro Basilio más de una familia de raza, de una familia orgullosa de su estirpe. Dejas atrás, apreciado José, a tu compañera de por vida, Loli; a tus hijas, Ana, Cristina e Isabel, con sus familias, todos te echarán mucho de menos, has sido una buena persona y no te olvidarán nunca.
Vuela alto, vuela alto, tío José, y no dejes de cantar, te escucharemos siempre.
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