Mi pueblo se llama Orlé
No doy crédito, el sectarismo político llega al extremo de inventarse un idioma para hacernos parecer diferentes. ¿No será que adoctrinar es más sencillo si cuando hablamos solo lo entendemos nosotros?
Apuesto que al final esta es la clave porque el empeño en meternos el bable a calzador apesta. Me “parto” con la regularización que tanto cacarean cuando la realidad es que están inventándose un idioma que no existía como tal. Recuerdo como llamaron “banzáu” al pantano de Caleao, retorciendo el diccionario astur, usando un término que ni de lejos define a una gran presa. Desgraciadamente esto les da igual, con la regularización lo tapan todo, y como son los adalides de lo políticamente correcto pues no pasa nada, todos a asentir: banzáu, charcu, champán, o lo que se les venga a la cabeza...
Entre las ocurrencias, destacable sin duda la de cambiar el nombre a los pueblos por sus santas narices. El mío está en Caso, se llama Orlé y jamás se llamó de otra forma. Ya se referían a él de esta manera en 1201. Ahora los iluminados de la invención del astur se han emperrado en llamarlo Orllé, colocando señales en la carretera con el nuevo palabro que nadie quiere ni siente. Ve, a esto me refería, a tal punto llega el sectarismo que trata de borrarnos hasta la memoria. Por mi parte lo llevan claro, yo soy de Orlé.
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