Tractores y turismo de Asturias en Madrid
En esta mañana de enero, domingo, con nubes y claros en lo alto, circulan por los principales paseos de Madrid decenas de tractores llegados de Asturias. Reclaman soluciones para el dificilísimo momento que están viviendo la agricultura y la ganadería, sectores estos muy castigados por la enorme subida de precios que afecta de manera insostenible a la mismísima alimentación de sus ganados, situación que se agrava por el bajo precio que reciben sus productos. Justo recordar en este punto que los ganaderos están de servicio prácticamente las 24 horas del día. No disfrutan vacaciones. Su vivir es una constante lucha sobre un horizonte de resultados siempre inciertos. Algunos optan por tirar la toalla, otros resisten y un pequeño número de jóvenes, sin distinción de sexos, toman el relevo con determinación y valentía dignas de aplauso y admiración. ¿Cómo terminará todo esto? Nadie lo sabe, muchos lo temen, por doquier se intuye.
Así vienen a decirlo estos tractores cuya “comida” también va subiendo. Lo exponen en Madrid, ciudad que lo entiende, porque un grandísimo número de sus habitantes proceden del medio rural y saben de duras jornadas al sol por las amplias tierras de España. Y también los asturianos que guardan memoria de aquellas cargas de hierba “pinchu arriba”. La mayoría llegó con lo puesto y vive con lo justo. La prosperidad es tan solo una conocida zona de la capital.
Los tractores llegados de Asturias circulan por el mismo itinerario utilizado por carreras populares, cabalgatas, desfiles militares y pruebas ciclistas, dejando a su derecha al más que centenario Café Gijón (que aún guarda recuerdo de cafés impagados) y están a punto de llegar a Cibeles y al Banco de España, donde se supone que está el dinero, tan sofisticadamente protegido que no está al alcance de cualquiera.
Pero si en esta mañana cambiamos de escenario no muy lejos de aquí avanza la última jornada de Fitur 2022, donde profesionales del turismo de nuestra región muestran y promocionan los mismos caminos y paisajes maravillosos que resultan cotidianos en la vida rural de vacas y tractores: prados, ríos, aldeínas y montañas que gozan del privilegio de contemplar la mar y el habitual protagonismo de las gentes campesinas. Encantos de Asturias que tanto buscan y valoran miles de anónimos visitantes de Fitur.
Reivindicaciones y paisajes van de la mano en esta mañana madrileña que acoge, como si jugara en casa (Madrid nació labrador), la multitudinaria protesta del mundo rural, de un vivir tan precario como insostenible, que necesita y exige adecuadas soluciones.
Una vez más, el mundo rural se personó y gritó en Atocha, ante el colosal edificio del Ministerio de Agricultura.
Mencionar la presencia real y amable de esos animales que también han venido, sumisos, cansados, productores al fin.
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