Urdangarin e Infanta (escoltas)
No es posible que paguemos escoltas a este señor para pasear querida y disfrutar de libertad carcelaria. Tampoco a la Infanta, que vive en Suiza. Si quieren seguridad, que se la paguen de su bolsillo. Todos estamos expuestos, no tenemos escoltas, ¿por qué ellos sí?
Así como estos dos señoritos, infinidad de expolíticos y exjueces. No hay duda, la vida es riesgo, vemos crímenes y robos a diario sobre la ciudadanía, ninguno tiene escoltas pagados por el Estado, puede que durante un cierto tiempo prudencial esté bien, pero sufragarles escoltas de por vida es un gasto imposible de asumir si lo sumamos a otros despilfarros.
No es de extrañar que ahora no se pueda financiar obra pública, que da trabajo, y mejora de infraestructuras, vivienda de protección pública e inversión para favorecer el empleo. Tampoco subvenciones a emprendedores, a empresas que por circunstancias en un momento dado necesiten un empuje. Todo es imposible, todo por la cantidad de gasto superfluo que existe sin que ninguna fuerza política se digne eliminarlo. Es más, cada uno que entra en el poder, añade gasto al gasto. Alguna vez explotará esa burbuja del gasto público innecesario.
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