El compromiso histórico sobre el asturiano
¿Qué hace falta en Asturias para que los partidos políticos se pongan de acuerdo en elaborar un nuevo Estatuto de Autonomía que tenga al asturiano como lengua cooficial junto a la del Estado? Se ha debatido mucho sobre este asunto y parece que hay dos bandos enfrentados, con mucha visceralidad, mucho arrimar el ascua a sus sardinas o simplemente con mucho cuento. Mire, como yo era hasta no hace mucho tiempo contrario a la oficialidá de la llingua, entiendo perfectamente los argumentos de los que así se siguen manifestando, argumentos que, por supuesto, no voy a descalificar y que tienen mucho de cabales, pero que ya no comparto. Conozco perfectamente cuál es la realidad de nuestra región, las dificultades que la oficialidá traerá consigo y soy consciente de que necesitará financiación, por eso era yo contrario a ella, pero me he dedicado a ir poniendo razones en el otro lado de la balanza y ¡zas! con solo dos ya tuve suficiente y el platillo casi se cae a plomo: para que sobreviva nuestra cultura es necesaria la oficialidá, seamos conscientes de ello, y, lo que aún es más importante, para que sobreviva el Estado es necesaria una comunidad autónoma en España, más nacionalidad histórica que ninguna, que tenga lengua propia y que no sea nacionalista ni soberanista. Asturias, la Asturias de Pelayo y de la Reconquista, la Asturias que, en verdad, alguna vez sí fue vencida pero que siempre ha luchado, la Asturias donde empezó España, la Asturias de Gaspar Melchor de Jovellanos, tiene vocación y compromiso de Estado y sería la única comunidad autónoma de España con lengua cooficial donde no hay ni un solo partido nacionalista o independentista con una mínima representatividad. La cuestión no es baladí.
Es cierto que no hay un solo bable, como también lo es que no hay un solo gallego, un solo catalán (y me refiero solo a Cataluña) o un solo euskera. Seamos serios, tampoco hay, ni de lejos, un solo castellano: ¿en qué se parece el castellano que se habla en Cádiz, donde te dicen “mi amigo” y no sabes si se refieren a un amigo suyo o a todos sus amigos, del que se habla en Valladolid? Respetar la pluralidad y la realidad de las lenguas en nuestra región no está reñido con un asturiano unificado, oficial, como se ha hecho en otras partes. Cuando otros han argumentado su “nacionalidad histórica” y han esgrimido su lengua oficial para pretender hurtarnos el “café para todos”, para obtener privilegios políticos y fiscales, para, en fin, mirarnos por encima del hombro y reírse de nosotros, nos estaban agraviando, estaban agraviando a Asturias. Toca decir basta.
No veo yo demasiado prurito por la llingua en el PSOE, que debería, como partido mayoritario, liderar este camino por la oficialidá, y no me parece serio que algunos mercadeen con este asunto que nos concierne a todos y que es patrimonio de todos. Desde esta humilde tribuna quiero hacer un llamamiento a las fuerzas políticas, sin excluir a ninguna ni a nadie, al consenso y a sacar adelante este compromiso histórico, este legado por el que nos recordarán nuestros hijos y nuestros nietos, un llamamiento a los pusilánimes, a los que han estado a la altura de las circunstancias en otras ocasiones históricas y/o vitales para Asturias y a los que están en contra, pero que, como yo, pueden cambiar de opinión.
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