La "ñapa"
-¡Aquí hay una fuga!
-Visto
-¿Cómo que visto? Esto es un problema de la general
-¿Y?
-Esto ya lo dejé resuelto a primera hora de la mañana.
Pablo sonríe, Alberto le mira con cara de no entender ni media palabra.
-A ver, Albertito, ¿trajiste herramientas?
-No.
-¿Ni tan siquiera una llave grifa?
-No.
-Vamos a ver, Alberto, ¿y cómo tenías pensado arreglarlo?
-Como me dijiste que no había que hacer nada...
-A ver, hombre, una cosa es no traer nada y otra venir sin herramientas.
-Menos mal que yo pienso en todo y lo tengo solucionado, si no...
-¿Cómo que lo tienes solucionado?
Pablo sonríe, se saca un pitillo, pone cara de póker y le dice:
-¿No conoces a los fulanos esos de UPN?
-Urgencias y Plomerías Navarro.
-¿Los de la competencia?
-Sí.
-Pues ya hablé con ellos para que arreglaran el sarao.
-¿Qué dices? Si desde la empresa dijeron que no querían saber nada de esta avería.
-Pues hoy por la mañana, este menda que soy yo y el Santi, hablamos con un par de fulanos de UPN, y ellos se encargan.
-Pero... ¿les untasteis?
-Tú me dirás...
-¿Y quiénes se van a encargar de la obra?
-Sergio y Carlos
-Buff... ¿Y te fías de ellos?
-Pues claro hombre, ya sabes que cuando las cosas se ponen feas, siempre podemos tirar de ellos, si no fuera por nosotros. ¿Adónde iban a parar?
-Entonces, ¿qué hacemos?
-A ver, Albertito, estamos aquí, ¿no?
-Sí... claro.
-Hemos hecho acto de presencia ¿no?
-Pues ya está, del trabajo sucio ya se encargan los demás. Ya están avisados de la ñapa, el presidente de la comunidad ya nos vio, así que podemos irnos.
-¿Vamos entonces?
-Venga.
Mientras bajan por la escalera, con la cara de satisfacción del trabajo resuelto, sin tener que mancharse, se oyen gritos en la escalera.
-¡Qué narices es esto! ¿Qué habéis hecho?
Cariacontecidos, Pablo y Alberto, se miran... ¿Qué habrá pasado?... en lugar de contestar esperan a ver qué pasa, igual no tiene nada que ver con ellos.
-¿Pero has visto la que han montado estos desgraciados?
-¡La Virgen! Pero si estaban aquí hace un momento
-¡Desgraciados! ¡La que han montado!
Pablo y Alberto se miran con cara de susto, y a Pablo solo se le ocurre una pregunta:
-Alberto... ¿tú has dejado cerrada la llave de la general... verdad?...
La cara de Alberto era un poema, sólo tenía que cerrar la general y ni eso hizo bien, mira que las había liado, pero en esta ocasión era demasiado fácil, sólo había que girar la llave.
Lo acontecido en el Congreso a cuenta de la votación sobre la reforma laboral, daría para el guion de una buena película porque cuenta con un desenlace que no esperaba nadie. El argumento podría dar para una película de espías, pero visto cómo se desarrolló, y cómo acabó, mejor una película de humor, una españolada de bajo presupuesto.
¡Vivan nuestros cómicos! ¡Vivan Pablo Casado y Santiago Abascal! Y por supuesto Alberto Casero, sin cuya colaboración, esta comedia no tendría sentido.
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