A tumba abierta y sin frenos
Hace cuatro años firmamos un ventajoso contrato con el "diablo" que nos ofrecía seguridad, trabajo, bonanza, buenos salarios, bajos impuestos... resumido en aquel proactivo y virtuoso eslogan sobre fondo rojo: "Nadie se va a quedar atrás". Genial.
Las cosas se han intensificado drásticamente en nuestra contra y hoy, cuatro años después, mosqueados por mentiras, engaños, incumplimientos, drogas, palo y zanahoria, se nos ha ocurrido leer la letra pequeña de aquel contrato y nos hemos encontrado con el mismo diablo a las puertas del infierno, invitándonos a entrar, y un cartel con fondo rojo y las palabras premonitorias de Dante: "¡Oh, vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza!". Aun así, entramos.
Vimos las "estrellas" que había dentro, y las sufrimos: Echeniques, Monteros, Iglesias, Rufianes, Garzones, Icetas, Marlaskas, Oteguis, Belarras y la sonrisa del villano de Batman en el rostro de Sánchez.
Ahora, los Monty Python patrios que siguen gobernando nuestras vidas, en una sociedad tan permisiva, decadente, errática, laxa y amoral, sabedores de que solo tenemos algunas células cerebrales activas para pensar y procurando que no leamos la letra pequeña, nos ofrecen firmar un nuevo e "ilusionante" contrato operativo estándar para psicópatas consistente en castigar con cárcel a quienes se atrevan a rezar por los cien mil inocentes abortados anualmente en nuestro país, en las inmediaciones de los abortorios. ¿Salimos?
Vamos camino de batir también el récord de degradación democrática en derechos laminados; para lo cual batiremos otro récord, el del tiempo que tardaremos en conseguirlo.
Socialistas con pedigrí, de los de antes, se avergüenzan, me consta, de lo que está pasando, pero tampoco hacen nada por impedirlo.
Saludos cordiales
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