Falando la llingua ya ta to arreglao
Yo no sé si a nuestros políticos regionales se les ha ido la olla, como suele decirse cuando algo huele a disparatado, o qué es lo que les pasa, pero en mi opinión están pasando de rosca un tornillo que nadie les pidió apretar. Me estoy refiriendo a ese empeño desmedido, y a mi juicio injustificado e innecesario, de pretender oficializar la llingua.
¡A ver!, yo no sé si soy el más torpe de la clase o qué es lo que pasa, pero no lo entiendo; y supongo que como a mí les pasará a muchos otros asturianinos de a pie, sobrados de problemas pero ninguno por falta de oficialidad de la llingua y sí por otros múltiples problemas que padecemos hace tiempo. Tenemos una economía regional hecha unos zorros, con gente en edad laboral desesperada por incorporarse al mercado laboral y viendo que pasa el tiempo y, lejos de conseguirlo, ven que la situación va a peor, con miles de jóvenes trabajando en el extranjero en labores distintas a las que dedicaron años y dinero en formarse en nuestro país para luego ver que se aprovechan de ellos países que no gastaron un euro en formarlos. Tenemos una población envejecida dependiendo económicamente de la Seguridad Social vía pensiones que en su mayoría son insuficientes para cubrirles los gastos que requiere una vida, sin lujos pero digna. Tenemos un sector industrial prácticamente en vías de extinción y a punto de que nos lo conviertan en museo recordatorio de lo que antes fue. Tenemos una sanidad pública que durante décadas se nos vendió como modélica y hoy hace aguas por todas partes, desde la atención primaria hasta la hospitalaria, pasando por la secundaria o de especialidades, donde las listas de espera hacen morirse, si no de la dolencia que cada uno padece y no se atiende a tiempo, al final de asco y desesperación viendo cómo tras meses de espera te llegan al correo comunicados posponiendo la fecha de consulta que ya tenías programada. Tenemos una justicia, según parece, que pobre de aquel que tenga que recurrir a ella en petición de apoyo; le pasa como en todo lo anterior, esperar, esperar y más esperar. Tenemos al sector agrícola y ganadero desesperado viendo cómo se pasan el año entero trabajando de sol a sol atendiendo sus labores y, lejos de obtener un beneficio en ello que les permita al menos vivir de su trabajo, tienen que soportar la burla de ver que el beneficio que ellos producen lo disfrutan otros. Tenemos unos autónomos que se dejan las uñas en los quehaceres de sus negocios el año entero y al final, entre tasas e impuestos, la mayoría malvive. Podría seguir enumerando los múltiples problemas del asturianín de a pie, pero no sigo para no alargarme.
Bueno, pues por si todo lo mencionado fuese poco, resulta que a quienes viven de la política con sueldazos fijados por ellos mismos y pagados por todos nosotros resulta que todo lo que se les ocurre como solución a nuestros males es que el bable o llingua tenga carácter oficial. Hale, ya lo saben; falando la llingua con carácter oficial, vamos a ponernos todos a vivir con la renta per cápita del país más próspero y avanzado de este perro mundo.
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