Los años ochenta y los 80 años
Ni la “Belle Époque”, la de los famosos años veinte, ni los sesenta, ni los setenta, los años ochenta hicieron de esta década la más añorada y recordada por lo que supuso de progreso y de transgresión, una etapa que, aún hoy, se sigue contemplando con auténtica nostalgia.
En estos años surgió la Movida madrileña, que marcó toda una época de impulso y estímulo creativo como ninguna otra y que supuso un antes y un después en las costumbres y en la forma de vivir. Los años ochenta, los felices años ochenta, fueron la punta de lanza de lo que es hoy la sociedad española, desprovista de prejuicios, moderna y cosmopolita.
Pero del mismo modo que la década de los ochenta fue la más fructífera del siglo pasado, los 80 años, cronológicamente hablando, serán, sin duda, los mejores. Será una década dorada, la movida de los 80 años, una edad mágica, maravillosa, la mejor que se puede tener, porque llegar a ella no está al alcance de cualquiera y los que lleguen tienen que disfrutarla como si no hubiera un mañana.
¡Menuda movida! La movida de Enrique, y de Ana, de Juan, de Mercedes, de Pedro, de Lola o de Julián, de todos los privilegiados que lleguen a los 80, una década que puede resultar prodigiosa. Porque a esta edad se puede reír, bailar, soñar, amar y mil cosas más de las muchas que ofrece la vida y que hay que aprovechar segundo a segundo, instante tras instante. Espero tener la suerte de ser uno de los privilegiados que cumplan 80 años, para poderlo contar.
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