Datos no son teorías, y viceversa
Permítame una pequeña introducción para situarnos:
Justin Trudeau, primer ministro de Canadá y demagogo desconectado de la realidad (pretende liquidar la movilización de los camioneros en Otawa con amenazas de multas, detenciones, confiscación de vehículos o retirada de la custodia de sus hijos), publicaba un mensaje en Twitter anunciando que acababa de recibir su tercera vacuna para protegerse del covid.
Era principios de enero; a finales (hace unos días), el supuesto protegido publicaba otro tuit anunciando que había dado positivo por covid-19, recomendando al final de su mensaje: “Todos, por favor, vacúnense y recupérense”.
Incluso incitaba a los niños de 5 años a vacunarse con un mensaje en vídeo: “Podrás recibir tu vacuna tan pronto como cumplas 5 años. Y sé que estás emocionado y sé que estás ansioso”. Pobre, lo está, sin duda, y más lo estarán los padres de bebés de seis meses, cuando en los próximos días comience su vacunación.
A ver, Justin (permíteme la confianza), no es entendible que un efecto secundario de la vacuna también haya afectado a tu cerebro; no es entendible que con los mismos datos vivamos en mundos tan dispares; no es entendible que pretendas ignorar las cifras del estudio de Dinamarca, confirmadas por datos del Gobierno de Alemania, que muestran que las personas vacunadas tienen ocho veces más probabilidades de desarrollar ómicron que las personas no vacunadas; no es entendible que en Inglaterra, Escocia, Israel, Dinamarca y en tu propio país, Canadá, los vacunados y “revacunados” concentren la mayor parte de las urgencias y muertes por covid; no es entendible que finjas que estas vacunas están deteniendo la transmisión infecciosa y las hospitalizaciones. No puedes hacer que lo ignoras, pretendiendo que te crea.
Yo, en tu caso, Justin, me autoconfinaría en una de esas cabañas de lujo que tenéis en la montaña canadiense, para relajarme y reflexionar escuchando música vintage.
Bueno, si acaso, haría un alto en el camino para leer un “informe de gestión” de la aseguradora holandesa Aegon, publicado por Reuters, que me parece definitivo y de lectura obligada, donde revela que sus pagos de seguros de vida en USA, correspondientes al tercer trimestre de 2020, todavía sin vacunas, fueron de 31 millones de dólares; y en el mismo período de 2021, ya con las vacunas, se dispararon a 111 millones de dólares, un 258 por ciento. ¿Gracias a las vacunas seguras y efectivas?
Ahora, Justin, si te parece, te animo a que resuelvas (sin ayuda) una sencilla cuestión de lógica elemental para infantes, y más tarde, si eso, en un tuit nos lo explicas:
Considerando que en cualquier día “normal” (precovid) en Estados Unidos mueren unas 7.700 personas... si esas muertes aumentaran “solo” un 100 por ciento, averigua cuántas personas morirían anualmente.
Te ayudo: el 100 por ciento son 7.700 personas diarias más, multiplicado por 365 días, nos dan 2,8 millones de muertes adicionales al año. ¡Solo con la hipótesis del “benigno” 100 por ciento; ¡imagínate con el 258 por ciento aportado en el informe!
Perdona, Justin, pero tengo que concluir que andas justín de neuronas, anclado en el covid, cuando alguna prensa y mandamases de algunos países (USA o Reino Unido) empiezan a “tontear” con el virus del sida como sustituto.
Conste que me esfuerzo, pero me cuesta salir de este bucle “covidiano”, esperando la hora de que cientos de miles de médicos y trabajadores de la salud de todo el mundo den un paso al frente y aclaren lo que nuestros políticos cómplices (y colaboradores necesarios) se niegan a aclarar. Más tarde puede que sea tarde.
Saludos cordiales.
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