Paisaje después de la batalla (17). Castilla y León
La redacción del artículo octavo de la Constitución fue la que más dolores de cabeza produjo a sus señorías en el proceso de elaboración de la misma en aquellos años históricos del posfranquismo. En la definición territorial de la España democrática, esta se jugaba gran parte de su futuro, entre otras cosas porque el encaje de Cataluña y Euskadi era el nudo gordiano de la nueva España.
Se optó por tirar por el camino del medio y se inventaron las comunidades autónomas, renunciado una vez más, por parte de la izquierda y de los nacionalistas "periféricos", a lo que el sentido común pedía, la configuración federal de España, cuyo modelo se lo brindaba Alemania con los "länder"
El segundo paso fue la configuración misma de las CC AA. En los territorios de Cataluña, Euskadi, Galicia, Andalucía y Canarias no había dificultad; todo los demás generaron muchos problemas, especialmente el territorio de Castilla y León, que se introdujo con "calzador" a los ciudadanos de los territorios de "Castilla la Vieja" (desmembrando Santander y Logroño), del histórico reino de León, de Segovia, el Bierzo... Desde entonces (y ya son más de 40 años) jamás se ha conseguido una "identidad castellano-leonesa" porque lo que nace artificialmente no puede sustituir a las identidades histórico/culturales....Y ahí seguimos. Creamos la región más extensa de Europa (nueve provincias) y la más despoblada.
1. El pasado domingo se celebraron elecciones (anticipadas) en la comunidad de Castilla y León porque el líder del PP nacional, Pablo Casado, se juega su supervivencia dentro de su partido. Un triunfo por mayoría absoluta o con el apoyo parlamentario de Vox (como en Andalucía) en tierras de Miguel Delibes le allanaría el camino, para adelantar las elecciones en Andalucía y preparar el terreno para su acceso a la Moncloa. Así lo diseñaron desde Génova y ordenaron a su títere Alfonso Fermnández Mañueco que rompiera el pacto de legislatura con Ciudadanos, sobre la base también de que los votantes de Ciudadanos se pasarían al PP y gobernarían con mayoría absoluta.
2. Olvidaron un pequeño detalle los estrategas de despacho. Adelantando las elecciones autonómicas se enfrentaban a unas elecciones en las que, por primera vez, no se votaban alcaldes de pueblos y ciudades, quienes ejercen un efecto de "arrastre" al voto autonómico. Esa es la explicación del descenso en la participación, especialmente en el medio rural, y la probable no consecución de su objetivo, la mayoría absoluta.
3. Durante la campaña electoral no se habló para nada de los problemas de los ciudadanos castellano-leoneses (sanidad, educación, servicios sociales, despoblación, desindustrialización...), ¿para qué? ¿Qué va a decir la derecha del territorio que lleva gobernando 35 años? Durante la primera parte de la campaña, el "leit-motiv" fue un bulo. Un bulo fabricado a partir de las declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, sobre las macrogranjas. Bulo que sorprendentemente fue "comprado" (o no tanto, en un territorio tan conservador como el castellano) por los ganaderos extensivos (defendidos por Garzón). Casado se paseó por el campo entre vacas, corderos, cerdos... como el adalid que defiende el campo de no se sabe qué.
4. Hasta que llegó el de siempre, el incómodo invitado "Ansar", que, sin solución de continuidad, ha pasado de defender como su heredero natural a Pablo Casado a calificarlo de "falta de liderazgo" y hundirlo en su asiento y, de paso, impidiéndole la mayoría absoluta. No volvieron a invitarlo y tuvo que echar mano (fase final de la campaña) de su "enemiga interior", Isabel Díaz Ayuso, es decir, del "trumpismo criollo" que al parecer es el que da votos. Ayuso, encantada de que se la necesite, ella hace su campaña desde que Miguel Ángel Rodríguez le prometiera llevarla a la Moncloa.
5. No está de más recordar cómo se gestó la imparable carrera de "Ansar" a la Moncloa, desde el conservadurismo castellano-leonés. El reloj se puso en marcha tras un acto de decencia política, de ética política, poco común en estos tiempos. La dimisión del primer y único presidente socialista que ha tenido Castilla y León, Demetrio Madrid López (1983-1986). Renunció tras ser procesado por una supuesta venta ilegal de una empresa de su propiedad. La justicia lo declaró inocente en 1990 (¡!). "Ansar" ganaría las elecciones en Castilla y León ocho meses más tarde. Desde entonces, el PP lleva en el poder 35 años, lleno de escándalos de corrupción por los que los electores de una comunidad sin identidad propia jamás le han pasado factura.
6. La guinda de la campaña iba a ser la derrota de Sánchez en el Parlamento nacional, fracasando con el decreto-Ley sobre la reforma laboral. Olieron sangre al ver que los aliados naturales del Gobierno (ERC y PNV) habían declarado su negativa a apoyar al Gobierno y este echó mano de otros partidos, entre ellos UPN (Navarra). A partir de aquí el Gobierno de Sánchez había perdido, porque no se puede competir en el fango, PP/Vox son expertos en estos terrenos: mantuvieron conversaciones secretas con los dos diputados de UPN y los compraron (Tamayazo II). Todo lo demás ya es historia. Sánchez salió airoso del fango gracias a que un diputado del PP se equivocó al votar sí, en lugar de no. Justicia poética. Todo se jugó, por tanto, en terreno nacional, tomando como pretexto (o si quieren como rehenes) a los ciudadanos de una comunidad autónoma que carece de identidad propia.
7. El verdadero ganador de estas "elecciones trampa" ha sido Vox, al pasar de un solitario escaño a tener trece. Un partido sin ninguna infraestructura política en Castilla y León, sin ninguna cabeza visible y, por tanto, sin liderazgo en la región. Vox escogió a última hora a un desconocido y oscuro personaje cuando las elecciones ya estaban convocadas; sin embargo, por entonces ya las encuestas les daban 10 por ciento en intención de voto (lo que llevó a algunos a señalar que, si ponían de cabeza de cartel a una cabra, no pasaría nada, votarían a la cabra).
¡Un pan con unas hostias! Ha hecho el PP adelantando las elecciones, ya que ha certificado y posibilitado el ascenso de la extrema derecha en un territorio que ha sido su feudo durante 35 años. Cs le estorbaba para gobernar, pero ahora tendrá que gobernar con Vox. Alfonso Fernández Mañueco (ordenado por Casado) dinamitó un gobierno de centro-derecha (es un decir) por otro de derecha-extrema derecha.
8. Con los resultados en la mano, la formación de gobierno no depende del PP. Su retórica en la noche electoral defendiendo la configuración de un gobierno solo de su partido es un brindis al sol o una manera de seguir con el discurso triunfalista que les llevó a romper con Cs y adelantar las elecciones. Vox es el que manda, tiene cogido por los cataplines al PP. Dependerá de cómo evalúen su entrada o no en el gobierno castellano-leonés y su posible desgaste de cara a las próximas elecciones andaluzas (que es su verdadero objetivo).
9. El otro gran triunfador de la noche fue ¡Soria, ya! Consiguieron el respaldo del 40% del electorado y tres procuradores de esa provincia, que es la más vaciada de la España vaciada. Con esos resultados y de cara a las elecciones generales, conseguirán un diputado al Parlamento nacional, siguiendo la estela de "Teruel existe".
10. El papel más patético le ha correspondido esta vez al candidato de Ciudadanos, Francisco Egea, quien ha pasado de tener 12 procuradores y la vicepresidencia del Gobierno castellano-leonés a conseguir, a duras penas, un procurador... ¡Y no dimite! Porque es de los que creen que la palabra dimitir es un nombre ruso.
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