Cuentos chinos, cantos de sirena y música celestial
Mientras los medios ofrecen en grandes titulares los resultados de las elecciones en Castilla y León, así como los posibles pactos de Gobierno, en la calle la sociedad se comporta como si la política no existiera, ajena a los movimientos partidistas y de espaldas a lo que se cuece en unas coaliciones que solo buscan sus internos intereses sin pensar en otra cosa que ocupar sillones para medrar a sus anchas.
Es meridianamente claro que cada vez importa menos lo que puedan contar unos y otros porque los cuentos chinos y los cantos de sirena ya no cuelan y nos suenan a música celestial, a palabras vacías y a promesas sin contenido.
Es triste y decepcionante la etapa política que nos está tocando vivir, por la falta de credibilidad y de liderazgo de calidad, aunque si tiene algo de positivo es el hecho de que necesariamente los que vengan tendrán que hacerlo mejor.
Hay que ser realistas y positivos, y pensar que cualquier tiempo pasado, en esto de la política contemporánea, fue peor, para mirar al futuro con optimismo y con el deseo de que surjan nuevos valores a la izquierda y a la derecha que nos devuelvan la esperanza.
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