Carlos Ugidos, "montañero competitivo"
Mis queridas "Reina madre, M.ª José, y Princesa Raquel, hija" de Llanes en conjunto con vuestra íntegra “familia” de Carlos Ugidos... ahora quedan grandes recuerdos. Seguro que son muchos, continuos y variados; todos envueltos entre sonrisas que este imprevisible e infinito suceso nos ha inundado de negativa e increíble pena y perplejidad.
Aparte de vuestro amor hacia él, se enamoró de Carlos una de las "Montañas" celosas en el corazón de los Picos de Europa, por donde entrenaba para participar en su deporte que más le motivaba, y fue sorprendido, cayendo en sus brazos con la inocencia de un chaval curtido.
No fue robado, fue querido y engañado... Iba a otra cosa sin saber que la ¿sabía? Naturaleza, lo estaba esperando. Tenía pensado como en otras muchas ocasiones regresar con su objetivo acabado.
"Mancondiú" se llevó el alma de Carlos y finalmente razonó… convirtiendo la nieve que lo cubrió en agua fresca oxigenada... Reapareció, por fin, desencriptando nuestras mentes que comenzaban peligrosamente a deteriorarse indefinidamente.
Un fuerte abrazo desde Oviedo extensible a vuestras familias de Cué y Poo, y para todos los grupos de montaña y montañeros del mundo.
"Ugi", Carlos, esa montaña, cautivadora, caprichosa y poderosa lleva grabado tu nombre.
Un abrazo sideral. Sigue disfrutando, entrenando y participando por el infinito Cosmos, pero no te vayas muy lejos que eres como Llanes con su “Mar y Picos”. Inmortal.
¡Muchísimo ánimo!
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