El ataque ruso en Ucrania

Tras el reconocimiento de las repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, los dirigentes de Donbass pidieron ayuda militar a Rusia para defenderse de los bombardeos y sabotajes del ejército ucraniano, que habían aumentado exponencialmente en las últimas semanas. Seguramente este era el escenario con el que contaba Occidente, que Rusia metiera tropas en esas regiones rusoparlantes de Ucrania, seguir enviando armas a Kiev y empantanar a Rusia en otro Afganistán. Craso error, no conocen a Putin. ¿Qué hizo Putin cuando era un niño débil y bajito y le pegaban en la escuela? ¿Qué hizo Putin para defender a sus camaradas de las turbas que los querían linchar en Alemania? ¿Qué hizo Putin cuando los yihadistas chechenos empezaron a hacer atentados y secuestros en Rusia? ¿Qué hizo Putin cuando el entonces presidente georgiano, Mijaíl Saakashvili, apoyado por la OTAN, invadió Osetia del Sur? ¿Qué hizo Putin cuando, utilizando al Estado Islámico y a la rama siria de Al Qaeda, quisieron acabar con el régimen de Al Assad? ¿Qué ha hecho Putin, hace muy poco tiempo, cuando Occidente montó otra "revolución de color" en Kazajistán, aliada de Rusia, para apropiarse de sus inmensas reservas de gas? Vladímir Putin siempre responde de forma contundente cuando lo amenazan o amenazan a Rusia. Pues bien, todos vimos cómo las Fuerzas Aeroespaciales Rusas decidieron la guerra en Siria y todos hemos visto cómo, en menos de 24 horas, el ejército ruso acabó con la fiesta en Kazajistán. Está claro que la disponibilidad estratégica y el despliegue de la fuerza del ejército ruso, con frecuentes maniobras a las que suele asistir el propio Putin, son óptimos. Sin embargo, el desarrollo de los acontecimientos en el teatro de operaciones ucraniano está demostrando que las capacidades militares de los rusos son aún mayores de las que algunos suponíamos. Quizás haya gente que piense que el ejército ucraniano es débil, pero nada de eso, cuenta con cientos de carros de combate modernos, muchas piezas de artillería pesada, lanzamisiles múltiples y gran cantidad de todo tipo de armas, a las que se han añadido las enviadas en los últimos tiempos por Occidente; así que todo el mundo pensaba que los rusos no se iban a atrever a un enfrentamiento total con el ejército ucraniano. El ataque ruso, a la espera del desenlace final de los acontecimientos, está siendo brillante desde el punto de vista militar: Comenzó de noche, sobre las cuatro de la mañana, y en primer lugar dispositivos electrónicos, informáticos y puede que también situados en órbita terrestre anularon por completo los radares y sistemas antimisiles ucranianos. Casi inmediatamente, misiles balísticos y de crucero, incluidos los hipersónicos, arrasaron la fuerza aérea ucraniana en tierra, atacaron los centros de mando, control y comunicaciones, y todas las infraestructuras militares o que pudieran ser usadas por los militares, como depósitos de armas y municiones, depósitos de combustible, etcétera. Al mismo tiempo, la Flota del Mar negro cortaba las comunicaciones marítimas con el puerto de Odessa. A continuación los cazabombarderos y los helicópteros de ataque se han podido dedicar, sin oposición eficaz alguna, a batir todos los objetivos terrestres y cuando escribo estas líneas ya sobrevuelan Kiev. Según se reporta desde el terreno, al parecer la mayoría de soldados ucranianos han abandonado sus armas y han salido corriendo antes de ser abatidos, aunque resisten grupúsculos fascistas. La irrupción masiva de las fuerzas rusas se ha iniciado con tres vectores principales: a través de las repúblicas de Donbass, desde Crimea y a través de Bielorrusia. Si nada se tuerce, y parece que no, la victoria rusa será rápida y completa. Ya veremos en qué acaba todo esto.

Putin ha lanzado un mensaje muy claro a Occidente: reírse de las demandas rusas sobre garantías de seguridad y amenazar con sanciones y con más incorporaciones a la OTAN en el bajo vientre de Rusia no es de recibo. La UE puede hacer dos cosas: dejar de considerar a Rusia como un enemigo, ser socios y hacer buenos negocios juntos, o seguir como hasta ahora, ejerciendo de lacayos de EE UU y de sus correligionarios británicos, bailando al borde mismo del precipicio, porque en el siguiente conflicto podrían entrar en juego armas nucleares. De momento, a nosotros, españolitos de a pie nos guarde Dios, como a todos los ciudadanos de la UE, ya nos ha subido, todavía más, la gasolina, el gas y la luz, y también subirá el pan, la pasta y los cereales en general, porque, de la misma manera que hemos querido que sean los chinos los que trabajen y se manchen las manos, hemos dejado de sembrar para que lo hicieran por nosotros los rusos y los ucranianos. Los mismos que atacaron Libia hace no mucho tiempo "para llevar allí la democracia" y han invadido países en todas partes nos dicen ahora lo malo que es Putin, pero, también decían en las películas del Oeste que el malo era el indio Jerónimo y no Custer.