Nueva propuesta ante el desastre: Rusia en la Unión Europea
Me manifiesto absolutamente contrario a la agresión de Putin en Ucrania. Sin ninguna duda ni “peros”, a pesar de todas las excusas esgrimidas por el paladín de los oligarcas rusos.
Establecido esto, hay (como dice un amigo) que contemplar todo el panorama: a la desaparición de la Unión Soviética y del llamado Pacto de Varsovia -alianza militar que solo reflejaba el efectivo dominio soviético sobre los estados que consideraba “hermanos”- no le acompañó el desmantelamiento de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), sino que, al contrario, el “Atlántico Norte” se extendió a latitudes que nada tienen que ver con esa geografía, como Rumanía y Bulgaria, entre otros. Es verdad que el Estado ruso, en su geografía europea, está rodeado de bases militares de la OTAN. No ocurre recíprocamente alrededor de los Estados Unidos, y el momento de mayor histeria norteamericana, en 1962, se resolvió retirando de Cuba la URSS los elementos que podían haber establecido armamento nuclear en la isla caribeña. Aquello fue serio. Lo de la diminuta isla de Granada en 1983 mostró hasta qué punto la paranoia -se supone que fingida- del presidente Reagan podía llegar: invadió la isla, muy alejada de Estados Unidos y con una superficie que no llega a 350 KM2 (semejante al concejo de Allande), porque su gobierno estaba intentando construir un aeropuerto capaz de recibir los nuevos aviones de pasajeros. Había trabajadores cubanos, esa fue una de las excusas de Reagan, aunque las empresas constructoras eran norteamericanas y europeas. Más tarde, el aeropuerto fue terminado ¡por los EE UU!
SUMARIO: Reflexiones al hilo de la agresión de Putin a Ucrania
DESTACADO: ¿Qué ocurriría si se le ofreciera a Rusia la integración en la UE? Seguramente sería el arma más efectiva contra Putin, porque los rusos presionarían fuertemente para llegar a una democracia similar a las de la Unión.
Otros episodios norteamericanos: Irán-Contras (EE UU vendía armas al demoniaco Irán y así financiaba ilícitamente a los angélicos contras en Centroamérica), aunque nada parecido a la destrucción de un país y una sociedad como Irak (“Mírenme a los ojos: Irak tiene armas de destrucción masiva” (Aznar dixit). Pasarán generaciones enteras antes de que Irak sea un territorio habitable.
Todo lo expuesto es verdad. Pero Putin no tiene ningún derecho a usar una violencia tan abusiva y potencialmente destructiva como lo está haciendo en Ucrania. ¿Qué hacer?
Rusia es Europa. La inmensa mayoría de los rusos son y se sienten europeos. Y Europa debería ser la solución. ¿Qué ocurriría si se le ofreciera a Rusia la integración en la Unión Europea y se iniciaran negociaciones serias para que, en un plazo razonable de tiempo, Rusia y algunas de las repúblicas exsoviéticas (desde luego Ucrania, Georgia, Bielorrusia…) cumplieran los requisitos políticos que las homologaran con los estados de la Unión? Seguramente sería el arma más efectiva contra Putin, porque los rusos presionarían fuertemente para llegar a una democracia similar a las de la Unión. Probablemente las disputas territoriales podrían resolverse pacíficamente, la economía colectiva gozaría de un fuerte impulso y el dominio de las oligarquías disminuiría de manera apreciable. También habría que exigir a Polonia, Hungría y los demás que, de verdad, respetaran los principios democráticos de la Unión. De propina, la OTAN ya no sería “necesaria” y el enorme gasto militar de todos los estados podría orientarse hacia los seres humanos, hacia la paz, el progreso, la cultura, la educación y la ayuda efectiva a los continentes pobres. La Humanidad es una. La violencia contra cualquier ser humano debería ser considerada una violencia contra todos.
¿Es esto una fantasía? Si no se intenta nunca se sabrá. Y mejor intentarlo cuando todavía parece que es posible.
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