España, país de acogida
La sacudida que está produciendo en todo el mundo la invasión de Ucrania, y muy especialmente en Europa, por la proximidad geográfica, ha hecho sonar todas las alarmas, y parece que, por primera vez, la UE va a poner en marcha una masiva acogida de refugiados en sus 27 países miembros, una buena noticia en medio del drama que está viviendo la población de un país que está sufriendo una feroz e indiscriminada masacre.
El hecho de que los ministros de Interior de los Veintisiete se hayan reunido de urgencia para encontrar soluciones inmediatas para el acomodo de la población ucraniana que sale despavorida de su territorio huyendo de la guerra es la mejor señal de que se va a actuar en consonancia con la gravedad de la situación, y podría significar, también, la protección en todo el territorio comunitario.
La solidaridad de Polonia, como país, y de los polacos, en particular, que están respondiendo solidariamente, y la reacción de la UE son un soplo de esperanza en el terrible drama que está viviendo la población ucraniana, y una llamada al resto de países europeos para que cooperen en las labores de acogida en sus respectivos territorios.
En este sentido, España debería ser el primero en dar un paso al frente y cooperar activamente con la medida de acogida que va a impulsar la UE, para demostrar que somos un país solidario, un país del que podamos sentirnos orgullosos.
Y la solidaridad no pasa solo por los mecanismos oficiales que se establezcan para facilitar dicha acogida, sino también, y muy especialmente, por la cooperación ciudadana en lo que se refiere a comida, alojamiento, transporte, ayudas económicas y todo lo necesario para que puedan iniciar una vida en nuestro país, unas ayudas que deberían estar canalizadas por algún organismo al que los particulares puedan dirigirse para ofrecer su oportuna aportación.
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