La educación del transporte público
El pasado 27 de enero, a las 20:38h, esperaba la línea 9 de transporte público en la calle Uría de Oviedo, justo en el centro, donde hay dos paradas contiguas. En la primera no para esta línea. por lo que puede llevar a confusión. Mi sorpresa fue que la conductora abrió las puertas en esta primera parada pero al llegar a la mía vi que quien se había subido era una persona de avanzada edad con dificultades motrices.
A la llegada a la calle Fray Ceferino esta señora nos hizo saber que no era esa línea la que iba a su casa, y que no sabía bien que línea debía coger, sólo en la parada que debía cogerlo. La conductora le dijo que se bajara y que diera la vuelta hacia Uría y que tomara la línea 7, que podía o no podía ser. Esto, para una anciana con problemas motrices es irrisorio. Yo me dirigí a la conductora y le comente que llamara a la Policía Local, ya que la señora estaba desorientada, a lo que me contesto que yo no tenía que decirle lo que tenía que hacer y que ella solo estaba para conducir y cobrar. Me quede estupefacta. Finalmente dejo a la señora en Fray Ceferino y arremetió contra mi. Yo he hecho una reclamación a la empresa porque me parece indignante el trato recibido, es nuestro transporte público y no debemos ser tratados de esa manera. He sacado un conclusión: ¡si tiene falta de riego, mejor vaya caminando! Y si no, a estar calladitos, como en el colegio de monjas que viene el conductor y la monta.
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