El Auschwitz
El Auschwitz trubieco
Hoy en Trubia huele a pedo
Y eso es ya un asunto recurrente;
Sin hacer caso al miedo de sus gentes,
Los políticos olvidando el medio ambiente.
Es un clamor popular y todos sienten
Que la salud general importa un bledo,
¿Solo charlan en la Junta? ¿O solo mienten?
O es que dicen sin decirlo: "Nos importa todo un huevo".
Presten, Señorías, atentos oídos a la gente,
O la venganza llegará en la votación,
Porque este valle se emponzoña en letal inspiración,
De malsanas emisiones volando permanentes,
Partículas minúsculas y asesinas en suspensión,
Que pudren vidas transeúntes y las de los residentes,
Haciendo de Trubia un Auschwitz que clama redención
De esta muerte a plazos, bien peor que de repente.
Es ya la hora de que olviden su orgullo impertinente
Y por una vez acuerden la mejora y beneficio
De los trubiecos y aun otros que sufren maleficio
De unos representantes con oficio inexistente.
Mejor sería, si estimarais vuestro escaño,
Que lo anterior mantuvierais bien presente,
Pues si no, en la "llamada" del próximo año,
En la Junta habrá quizá varios sitios ausentes.
Y peor, sus Señorías marcharanse avergonzados,
Abochornados, sintiéndose maltratados,
Y con nuestra patada: sus culos calientes.
(Es maldición, tristeza, una desgracia,
el que la muerte tan oscura y tan adusta,
se empeña tercamente y no se ajusta
a los infames ciclos de la democracia).
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