Llora por Ucrania, llora por Rusia, llora por el mundo
"Si vis pacem, para bellum". Putin evidentemente preparaba la guerra para... la guerra. Había paz y nadie la amenazaba. Ucranianos abocados a la lucha por dignidad, por defensa obligada. Rusos guerreando por obediencia, por deber indebido. No puede entenderse este dolor gratuito. El mundo convulso sin causa racional que lo justifique.
No es necesario describir la angustia, pena, dolor, confusión, caos... de los que huyen de la guerra, de los que en ella quedan deseando no estar. Niños, niños, más niños... con frío, hambre, confusión, abandono obligado. Madres, madres, más madres... que los abrazan sin poder evitárselo, que tratan de huir del presente sin ver el futuro. No sé relatarlo, no soy capaz de describirlo. Miren las imágenes que inundan los telediarios, los informativos...
Tiene que haber responsables de esta imprevisible e inimaginable sinrazón. Y no hay que buscarlos en los que sufren, en los que mueren, en los atacantes, en los defensores, sean ucranianos o rusos o del mundo. Hay que encontrarlos en los "Putin" que motivan esa sinrazón o en los antagonistas incapaces de evitarla. La solidaridad posbélica no puede ser suficiente para olvidar causantes o gobernantes ineptos en la disuasión.
Ucranianos, rusos y el mundo son inocentes, son las víctimas.
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