Neonazis en Ucrania
Desgraciadamente, la mayoría de la gente no sabemos nada de historia, solo conocemos los estereotipos que nos han inculcado desde que nacimos, y desde esa perspectiva, en este caso, pienso que los daños a personas eran evitables, los daños económicos eran evitables y este conflicto era evitable.
Sinceramente creo que el presidente Zelensky, sin ninguna posibilidad de ganar la guerra, más allá de convertirse en icono telegénico y héroe “americano”, debería haber preservado la seguridad y la vida de sus ciudadanos, con independencia de que nazis, mercenarios, presos carcelarios, extremistas o aventureros quisieran hacer “su guerra”.
No apoyo, en ningún caso, la agresión de Putin, pero está claro que, si no hubiera habido envíos de armas, sanciones innecesarias, interferencias de EE UU/Reino Unido y declaraciones intimidatorias, de haber querido, podría haber sido controlada entre la UE y Rusia desde el principio.
Algunos hechos mientras Putin, como ZP, contaba nubes:
En 2007 Putin dijo en la Conferencia de Seguridad de Múnich: “No permitiremos la expansión de la OTAN hasta el punto en que la OTAN toque nuestra frontera, específicamente, Ucrania y Georgia. Los vemos como caballos de Troya para el poder militar de la OTAN y la influencia de EE UU”.
En 2014, las autoridades ucranianas no se molestaron en ocultar el hecho de que el grupo neonazi más conocido en la extrema derecha de Ucrania, Azov, estaba compuesto por voluntarios de tendencia neonazi de países como Suecia, Italia, Francia, Bielorrusia, Canadá y Eslovenia.
En 2015, el ministro del Interior de Ucrania, Arsen Avakov, anunció que el Batallón Azov sería una de las primeras unidades en ser entrenada por las tropas del Ejército de los EE UU como parte de su misión de entrenamiento de la Operación Guardia Intrépida.
En 2016, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH) acusó al Batallón Azov, ascendido oficialmente a regimiento en enero de 2015, de cometer crímenes de guerra como saqueos masivos, detenciones ilegales y tortura. Actualmente, el “Destacamento de Operaciones Especiales” de Azov participa en las operaciones de armas especiales y contrarreconocimiento del Ejército ucraniano.
En 2018, activistas de derechos humanos israelíes enviaron una petición al Gobierno israelí exigiendo que “dejen de armar a los neonazis en Ucrania”.
En 2021, el Ottawa Citizen informó de que el Gobierno canadiense había estado armando y entrenando neonazis en el Ejército ucraniano.
8 de marzo de 2022. “Victoria Nuland, subsecretaria de Estado para Asuntos Europeos, dice ahora que Estados Unidos está ‘trabajando con Ucrania’ para garantizar que Rusia ‘no ponga sus manos en los laboratorios biológicos’, que, según los medios estadounidenses, no existían” (treinta laboratorios, nada menos).
El primer ministro canadiense, Justin Trudeau, declaró: “Nuestro clima político actual envalentonó a Putin y le hizo pensar que podría salirse con la suya al iniciar una guerra”. Bravo, Justin, lo has clavado, porque no es extraño que Putin pensara que podría salirse con la suya, cuando ningún político estadounidense o canadiense ha sido jamás censurado, y mucho menos castigado, después de que EE UU iniciara tres guerras y bombardeara al menos ocho países desde el año 2000, lanzando, solo en 2016, bajo el mandato de Barack Obama, Premio Nobel de la Paz en la guerra, la nada despreciable cantidad de 26.000 bombas, una media de 72 bombas diarias, las 24 horas del día, los 365 días de ese año.
Lo mejor, ayer mismo: dijo nuestro presidente que “la guerra ilegal de Putin tenía la culpa de la subida de la luz, la energía y la inflación”. El covid-19 y sus políticas destructivas fueron el plato fuerte, seguido de la “vacuna”, seguido del cambio climático, el control de alimentos, la guerra (nuclear o no), y vuelta al covid. Mientras marean la perdiz, evitan que sus “súbditos” comparen su cartera de hoy con su cartera de ayer.
Saludos cordiales.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo