Para tirar voladores
Uno puede estar más contento, ¡por fin la reforma laboral que necesitábamos!
Hay que agradecer al Gobierno de España que por fin haya adoptado las leyes que necesitábamos, que los «mercados» aplauden y que el PP parece compartir, con lo cual, ¡todos contentos!
Por fin a los trabajadores van a poder despedirnos más fácil y más barato: antes era tan complicado y ¡costoso!
Los jóvenes titulados vamos a tener la suerte de poder firmar un contrato en prácticas hasta seis años después de terminados los estudios. Oye, más vale tarde que nunca.
De una vez por todas vamos a perder de vista las oficinas públicas de Empleo..., porque ahora para buscar trabajo nos van a atender unos señores muy amables que están en unas empresas privadas que se llaman «empresas de trabajo temporal» o «empresas de intermediación laboral».
Además, ¡ya era hora de que me mandaran a trabajar a Murcia! Siempre quise conocer el cabo de Gata. Porque ahora mi jefe puede ofrecerme un destino maravilloso en otra comunidad autónoma a cambio de una indemnización de 20 días por año trabajo si es que no me gusta.
¡Ah! Y ¿qué me dices de la vida nocturna? Ésa sí que es buena vida... Porque mi jefe también me va a poder ofrecer turnos de trabajo, que si rechazo (por puro egoísmo) me cambiará por una «cuantiosa» indemnización de (también) 20 días.
Y los representantes de los trabajadores... ¡ja!, a ésos sí que era hora de meterlos en vereda. Se acabó eso de negociar. ¡Cuándo se vio que las cosas se hablan con los trabajadores? De eso nada, para eso el empresario es quien «arriesga» y toma decisiones superdifíciles todos los días...
Y, además, ¿cómo me va a pagar mi jefe el salario que fijó el convenio, si asegura que el año que viene en lugar de tener 30 millones de beneficios, el pobre sólo va a tener 20 millones? Sería una auténtica injusticia...
¿No me digas que no es para estar contentísimo?
Y si crees que todo eso es una fantasía, entonces échale un vistazo a la reforma laboral para poder ver por ti mismo todo lo bueno que nos espera. Que no te lo cuenten... tanta felicidad no puede ser posible.
Bueno, si tú eres trabajador (vamos, que si necesitas trabajar o cobrar la pensión para vivir) entonces tú, como yo, estarás contentísimo: ¡para tirar voladores!
Y no necesitarás protestar, movilizarte, luchar... Otros ya están tomando las decisiones por nosotros, y mejores no pueden ser, ¿verdad?
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