Cascos, o la travesía del desierto
Se acercan ya los procesos electorales y, con ellos, la movida de los partidos políticos es tremenda. Los candidatos pierden el culo, se desmelenan, unos para continuar en el lucrativo y fardón puesto y otros para conseguirlo por el mismo motivo. Bueno, a estas alturas todos sabemos, salvo honrosas y contadas excepciones, que nuestra cuestionada clase política se preocupa más de las perras, de sus ideologías e intereses de partido, que de la caótica situación económica y política que atraviesa España, felpudo hoy de Europa.
En Cataluña será más de lo mismo. Ya sea el PSC, CiU o EB, nada cambiará allí. Continuará el enfermizo nacionalismo/separatista y sediciosos cargándose el idioma español, la bandera nacional y todo cuanto se refiera a España, todo ello con la venia del Ejecutivo. En Madrid, bueno, el PSOE lo va a tener crudo al ser dos candidatos los que quieren desbancar a la «dama de hierro» del PP, Esperanza Aguirre. Y este partido sí que lo va a tener crudo también aquí, en Asturias, como estamos viendo. Una gran mayoría clama por Álvarez-Cascos (recogida de firmas y lluvia de llamadas telefónicas a la dirección del partido), de cuyo clamor popular discrepan determinadas facciones de importantes localidades, cisma que puede muy bien suponer otro descalabro electoral del PP en Asturias, cuyo gobierno ya perdieron entonces por otras desavenencias parecidas.
¿Y qué hace al respecto el «alto mando» del PP? Rajoy, inexplicablemente, sigue sin pronunciarse, desoyendo ese clamor popular y creando con ello un clima de incertidumbre y descontento en los asociados asturianos. Uno, el otro día, nos decía que en el PP hay ciertos elementos, bastardos e intrigantes, que están haciendo un gran daño al partido. Qué «partido» vuelve a estar, según parece, en los próximos comicios, si los populares no rebobinan y apoyan todos a Cascos, al que incluso votarían gentes de otras facciones políticas. Algo hemos oído ya por ahí.
Según parece, el PP, hoy, en Asturias, no tiene más candidatos que Francisco Álvarez-Cascos, si es que quiere ser alternativa de gobierno del Principado. Y si la controvertida dirección del partido y esa facción cismática de aquí le siguen poniendo la proa, que se preparen las huestes populares para continuar su larga y penosa travesía del desierto.
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