El noqueo de los sindicatos
Con la huelga del día 29 los sindicatos mayoritarios se han noqueado, al quedar demostrado el poco poder de convocatoria que tienen y los obsoletos que están en sus actuaciones; con actos y formas de hacer trasnochados y propios del siglo XIX o principios del XX; para conseguir unos cierres, usando la fuerza y la coacción, con actos violentos, ya que si no fuera por esos actos, no hubieran conseguido ni el 30% de participación, y para eso basta oír lo que dicen los ciudadanos. Y si a este resultado le restamos los liberados por los sindicatos y sus adeptos, quedarían en la mitad. Ya me gustaría ver si estos sindicalistas se mantendrían sólo con sus cuotas, como sugiere uno de los nuevos partidos políticos nacionales, que debería ser, y cuántos pocos serían al tener que ser autosuficientes, y no sostenidos por el erario público, al cual contribuimos todos los ciudadanos, que además nos vemos afectados por sus barricadas y tropelías, que se cometen, bajo el amparo de una huelga o manifestación, en la que se cobijan los «vándalos» y gamberros del lugar.
Con esto no quiero decir que no deba haber sindicatos, sino todo lo contrario, son necesarios, pero con otros mimbres y formas de ser y de actuar, propios del siglo XXI. Por lo tanto, ha llegado la hora de regenerar y educar en cómo deben actuar los sindicatos que queremos y que nos son necesarios para la clase trabajadora y la relación con la patronal en el ser independientes y autónomos, no favoreciendo como ahora un lavado de cara al Gobierno actual, cara a Europa. Después de haber cohabitado plácidamente, hasta mayo de 2010, y basando sus reivindicaciones y argumentos, en pedir una rectificación, de una ley, que ya fue aprobada por las Cortes Generales, y con los flecos que les dejan de una congelación paupérrima de las pensiones todo ello, para no conseguir, un puesto de trabajo, que es lo que se necesita, ni una mejora salarial, sino todo lo contrario, empeorando los malos tiempos económicos que corren hoy día.
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