Cuando mi hija duerme
Cuando mi hija duerme, no puedo evitar quedarme un rato en la puerta de su habitación observándola.
La veo tranquila, inocente, tan feliz, con la seguridad que infunde estar en casa, ajena a un mundo hostil que se rompe en pedazos...
Y en ese momento no puedo evitar notar una punzada en el estómago al preguntarme ¿qué sociedad vamos a dejar a nuestros hijos?, un planeta enfermo que se muere, un mundo partido en dos donde si tienes suerte crecerás en una sociedad egoísta e individualista en la que tanto tienes, tanto vales, y si no has tenido suerte crecerás en la otra parte, un mundo donde las guerras, el hambre o la injusticia campan a sus anchas...
Y cuando estoy inmerso en esos pensamientos me
doy cuenta de que la solución la tengo delante, la solución son ellos, esas nuevas generaciones, los niños que aguantaron un confinamiento, que vieron los parques cerrados, vieron partir a sus abuelos y soportaron mascarillas en clase y un mundo sin abrazos y aún así siempre hubo una sonrisa...Ellos son la gran esperanza.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

