Cartavio la recuerda... no la olvida
En todos los pueblos hay y ha habido personas que son excepcionales y muy apreciadas por su modo de ser y vivir, que familiarmente ocupan un lugar especial en nuestros corazones, más cuando sabemos que nunca las volveremos a ver... Tal es el caso muy especial de la joven Aidía de Tomás, que desde niña vino al mundo con esa rara enfermedad denominada síndrome de Down. En las fiestas recientes del pasado 11 y 12 de septiembre, no hay quien no haya notado su ausencia, mayores, jóvenes y niños, sobre todo éstos, con quienes jugaba siempre con superlativo cariño, yendo casi siempre montada en una bicicleta junto con ellos sin cansarse, retozando feliz.
La comisión de festejos de la localidad la solía premiar año tras año con una medalla distintiva, que la premiaba llevaba con cordial y jamás disimulada alegría día a día, todo el año, como si hubiese acabado de recibirla, con una angélica sonrisa.
Subió al cielo siendo aún joven, portándose siempre como una inteligente cría, de singular muchachez que a todos deleitaba.
Las fiestas de Cartavio, esta vez, sin su presencia, no fueron las mismas de pasados años... Un invisible luto sentía todo el poblado.
Recibe, Aidía, por mi modesto medio, en nombre de quienes te quisimos y queremos, un beso y una oración, como si todos estuviéramos arrodillados en Covadonga a los pies de la Santina. Seguro no descansarás en paz porque con tus ojos regocijados de donde estás nos seguirás viendo...
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