A un abuelo
Querido abuelo: No te conozco de nada, nunca te he visto, no se cómo te llamas ni conozco tu dirección; solo sé que vives en un pueblo de Tineo, que gestionas una ganadería y que eres abuelo. Un abuelo que el fatídico fin de semana pasado, en un desgraciado accidente, ha perdido a un nieto. Con cuánta ilusión habrás esperado ese fin de semana largo para poder estar y disfrutar de la compañía de ese nieto al que tú con tu sabiduría experiencia y paciencia de abuelo le irías enseñando todo lo relacionado con el ganado y el campo; pero el accidente surge inesperadamente y de forma brusca y repentina dando al traste con todas las ilusiones y planes del fin de semana. Yo también soy abuelo y me hago cargo de la situación y del tremendo disgusto que tienes, al igual que el resto de familiares y amigos. Yo también desciendo de familia de ganaderos y gente del campo; recuerdo cuando mi padre y mi abuelo en alguna ocasión me llevaban a la feria de Gera y en Villarpadrid unos amigos nos regalaban una saca de castañas; esas cosas no se olvidan y las recuerdo con mucho cariño. Desconozco si tienes mas nietos; si es así, continúa con ellos tu sabia escuela de abuelo, compartiendo con ellos juegos y experiencias que no olvidarán nunca; deseo que poco a poco vayas recuperando la serenidad y tranquilidad que te permita continuar con tu actividad. Te envío un fuerte abrazo con el ruego de que lo hagas extensivo a los padres y otros abuelos/as.
Jesús Pérez Suárez
Río Sagrao (Cartavio)
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