Solo hay dos caminos: la verdad y la mentira
Según la Biblia hay dos caminos, uno ancho por dónde va la mayoría, pero conduce a la destrucción, y uno estrecho que conduce a la vida, pero son pocos los que lo hallan. (Mateo 7:13). Nuestro libre albedrío escoge casi siempre no complicarse la vida con una conciencia demasiado exigente. No es cómodo un camino, un modo de vivir y de ser, donde los límites cívicos, éticos y morales, nos hagan perdernos la satisfacción que podemos darle al yo.
En el campo de la personalidad, algunos dicen de hecho: "Acéptenme como soy." Parece que actúan según la suposición de que Dios los hizo como son, y que por lo tanto no tienen que cambiar aunque su tabaco mate a otros o su perro ensucie sus calles. Pues bien, si vas por el camino ancho vas cómodo, pero también puede pasarte de todo con los que no se ponen límites. La verdad, el reconocimiento de la propia actitud no es en general muy atrayente, así que es muy común observar cómo muchos pretenden engañarse a sí mismos y a los demás con cualquier argumento. El ejemplo lo tenemos estos días en el Zar ruso.
La verdad, ni es festiva ni atractiva al mundo que se está gestando. ¿Qué vendrá a continuación, teniendo en cuenta el estado de somnolencia general, sumergidos en una escafandra de pasividad mental con careta y wasap?. Hay que reaccionar con la verdad, y exigirla, porque estamos en peligro de convertirnos en rebaño. Los aprovechados, los mentirosos, los sinvergüenzas de esta generación, disponen de su gran momento. Si estamos tirando la toalla porque no se nos enseñó a sufrir, entonces vamos a ser victimas propiciatorias, pero... ¿qué pasará con la generación emergente, menos entrenada todavía a defender la verdad, la justicia, la honradez, la dignidad humana, la moralidad?, y ¿qué pasará con el futuro de los que vienen tras ellos y por ellos?, ¿quién les enseñará valor, generosidad, altruismo?.
Sin esos atributos la humanidad ya no podrá librarse del final que la amenaza: calentamiento global, deforestación, hambre, guerras, delincuencia, pestes, crimen, y por supuesto mentiras. Tenemos que hacer algo que permita al Dios que nos ha hecho ver un potencial, que bien dirigido, ofrece alguna garantía para prevalecer como seres colaboradores en el Reino -gobierno- que él prepara, porque... la Tierra y el ser humano son suyos, y no dejará que se extingan. "Los justos poseerán la tierra, y residirán para siempre sobre ella" (Salmos 37:29) pero eso: los justos. La verdad nos llevará al futuro, aunque toque sufrir, pero la mentira nos destruirá, por no encajar en un mundo justo.
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