Osos

16 de Mayo del 2022 - José Viñas García (OVIEDO)

Asturias es una región minúscula, donde desde los montes a los pueblos, villas y ciudades, los osos se plantan en poco tiempo entre la población. No estamos hablando de grandes extensiones despobladas donde las bestias salvajes pudieran vivir protegidas, aquí, los desprotegidos son las gentes (mayores y niños) por la cercanía de estas fieras tan peligrosas.

De estas bestias salvajes viven un numero de personas, capaces de convencernos que los ositos son amorosos. Desde la Fundación Oso Pardo nos quieren hacer ver y creer que la convivencia entre osos y personas es posible sin riesgo. Para ello no dudan de explicarnos que esas bestias nos tienen miedo, cosa que es imposible de tragar, por una mera comparación física.

Aconsejan ir al monte por las pistas, no salirse de ellas, no vaya a ser que te encuentres con la sorpresa de encontrarte esa fiera armada con dientes y zarpas frente a ti.

Claro, y si los miras con prismáticos desde casa mejor. Pero resulta, que, las gentes de los pueblos tienen sus propiedades y ganado doméstico fuera de las pistas. Dicen que son nocturnos, con lo cual, la noche, el monte con prados, frutos y bosques son ya de esas bestias.

Ustedes se adueñaron (los defensores de los osos) del entorno de los pueblos, allí donde hacen la vida los lugareños, los montes no sólo son para los turistas y domingueros, incluso las zonas comunes eran (cada vez menos) pasto de ganado.

Si eran poco los lobos y los jabalíes, para hacer la vida imposible a ganaderos, agricultores, empresarios lecheros, queseros, cárnicos... Ahora crecen los osos de una manera alarmante.

Ya nadie puede estar tranquilo por los pueblos y alrededores, lo vimos con una señora que fue atacada cerca de su casa paseando.

El día que ocurra una desgracia, estamos cerca de ello, todos estos defensores del oso deberán ser los responsables de daños y perjuicios.

Asturias ya no es paraíso natural para turistas con niños en pueblos y aldeas, es paraíso de bestias salvajes (lobos, osos y jabalíes) y para odiseas de osados.

Antes, una persona sola subía de noche al monte sin miedo, ahora nadie osaría semejante aventura de riesgo. Incluso es riesgo sentarte a la puerta de casa al atardecer o visitar al vecino en esas horas en los pueblos donde merodean estas bestias.

Me cuentan amigos que ya no suben andando y a caballo al monte muy de madrugada, lo hacen bien de día y en todoterreno.

Eso consiguieron.

Después hablan de la España vaciada.

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