Lobos y venados
En LA NUEVA ESPAÑA del 21 de enero aparece una nota firmada por los corresponsales de Aller sobre los daños que causan los lobos a la ganadería y a la fauna del concejo. También hacen referencia a las peticiones de los ganaderos, entre las que destacan una mayor diligencia y generosidad en el pago de los daños que los cánidos causan en la cabaña ganadera. En este último punto, los ganaderos tienen mucha razón, pues no puede recaer sobre sus bienes y hacienda el mantenimiento de la biodiversidad y la supervivencia de los grandes predadores como el oso y el lobo, ya desaparecidos en gran parte de Europa.
El Principado, con el dinero de todos, tiene la obligación de pagar los daños directos, valorando adecuadamente las reses víctimas de los ataques, pero también los indirectos que estas pérdidas ocasionan.
Dicho esto, hay que achacar que es natural y lógico, dentro de un ecosistema bien conservado, que los lobos se alimenten de venados y otros herbívoros. Si no fuera así, podrían producirse desequilibrios graves, con consecuencias negativas para el medio natural. Los venados y los jabalíes también causan daños en los prados, en las plantaciones de frutales, en las fincas reforestadas, en la regeneración de los hayedos, y el aumento incontrolado de sus poblaciones puede tener consecuencias no deseadas por nadie. Es verdad que las nevadas copiosas les afectan negativamente, sobre todo a las hembras en avanzado estado de gestación. Hace tres años, en la zona de las Murias (Felechosa), había restos de ocho o diez que perecieron sin ser atacadas por ningún depredador, por eso, según los últimos datos, se puede afirmar que la acción de los lobos no tiene incidencia importante en las poblaciones de venados, sino que contribuye a mantener el equilibrio del ecosistema.
Por tanto, decir que la presencia de lobos pone al medio rural contra las cuerdas, como hacen estos señores, es una exageración que no se sostiene. Los ganaderos tienen otros problemas mucho más graves, como, por ejemplo, que no tienen ningún control sobre los precios de sus productos, o los que se derivan de la política agraria de la UE. Si los obreros son explotados enlas fábricas o en las minas, los campesinos son explotados a domicilio, pero de esto no hablan los corresponsales antes citados.
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