Unas cuentas verdades sobre la chapuza del Bao
Uno de los argumentos empleados por el Ministerio de Fomento para no reparar la N-634 a su paso por el Bao era el posible impacto sobre la Reserva Natural de Barayo. Esos argumentos ya hemos dicho que no se sostenían en pie al haberse constituido la Reserva 12 años después de estar construida la variante, reconociendo a ésta como un nexo de comunicación del occidente de Asturias.
Pero esa preocupación medioambiental no se ve reflejada cuando se han realizado las operaciones de reparación y rebacheo de los accesos del Bao. Como se puede observar en las fotos publicadas en los últimos días en diferentes blogs y redes sociales, el alquitrán que se emplea para regar los tramos antes de colocar el aglomerado, ha caido por dos regueros hacia la ladera y el cauce del río Barayo. No necesitamos explicar lo contaminante que puede ser un agente como el alquitrán en el cauce de un río...
Estos hechos reflejan, una vez más, la falsedad de los argumentos empleados para dejarnos una auténtica caleya en el Bao. El medio ambiente es utilizado como una disculpa, como un instrumento más con el que pretender amedrentar las conciencias de los que aqui vivimos, aunque después se cometan atentados medioambientales como las que indican las fotos.
Así que sugiero a los responsables de la chapuza del Bao que se busquen mejores excusas o una vez más quedarán retratados ante la ciudadanía.
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