Solana, ¿candidato?
Ante el pánico que las encuestas electorales han despertado entre los cargos públicos socialistas y los que, a su sombra, presiden fundaciones, obtienen subvenciones y, en fin, viven del cuento, el partido se ha puesto a trabajar, pues el modus vivendi de tantos miles de individuos no es moco de pavo.
Las elecciones autonómicas y municipales ya están a la vuelta de la esquina y el PSOE sabe que los ciudadanos están esperando la primera oportunidad para darles hasta el en el cielo de la boca. Son muchas las fechorías made in Zapatero que han tenido que pagar los funcionarios, pensionistas, autónomos, etc, eso sí, bajo la coartada de la crisis. Pero la gente se ha dado cuenta de que la recesión capitalista, si bien es generalizada, en España es especialmente grave y ello se debe a las desastrosas políticas que se han hecho en los últimos años. No es una opinión subjetiva porque nuestro país ha pasado, en muy poco tiempo, de ser la octava potencia económica mundial a tener el PNB que ya la coloca en el puesto número 12. El pánico invade a los oportunistas, pero ya no se pueden sacar conejos de la chistera, del estilo cheque bebé o 400 euros, porque las arcas del estado están exhaustas. Además, como la credibilidad del presidente del Gobierno está por los suelos, por haber negado la crisis durante meses y por dar la vuelta, como si fuera un calcetín, a su discurso político, las filigranas dialécticas de Zapatero no servirían para nada. Los que, durante años, han abrazado las ocurrencias de su secretario general y no han sido capaces ni han tenido voluntad alguna de discrepar, esperan un milagro, un golpe de efecto que les salve el trasero, y lo necesitan ya, porque las elecciones en Cataluña son el 28 de noviembre y a la previsible debacle electoral del Tripartito pueden seguir la del resto de CC AA, ayuntamientos y Gobierno central.
¿Serviría de algo una remodelación profunda del gabinete ministerial, aprovechando la marcha del ministro de Trabajo? (sí, ya se que con casi cinco millones de parados esta cartera suena a broma), pues, la verdad, yo creo que no, solo generaría mas confusión y mas desgaste porque las políticas seguirían siendo iguales y el director de la orquesta seguiría siendo el mismo. Ya son muchos los socialistas, que usufructúan puestos en las distintas administraciones, que están convencidos de que solo les queda la opción de que Zapatero dimita, de convocar elecciones generales cuanto antes y de presentar un nuevo candidato, un mirlo blanco que no esté contaminado por las políticas y tejemanejes domésticos. Es decir, ni Rubalcaba, ni Bono, ni Pepiño Blanco. No habría mejor coartada para la maniobra que la imposibilidad de aprobar unos Presupuestos Generales del Estado, para 2.011, ante las exigencias de los malvados nacionalistas del PNV.
Como ungido por la divinidad está a punto de aparecer Javier Solana, un político con experiencia europea, bien relacionado en las cancillerías y, sobre todo, con una buena dialéctica, al estilo de Felipe González, capaz de decirnos, sin que se le note el gesto y en plan profesoral, la mayor mentira del mundo. Si Belén Esteban encandila a la gente porqué no lo iba a hacer D. Javier, ayudado por el potente aparato mediático afín y aplaudido a rabiar por todos los que ven su sillón tambalearse.
¿Veremos subir a los altares electorales a Solana o solo son elucubraciones de un lunático?, démosle tiempo al tiempo.
Son otras cosas las que de verdad nos preocupan, como la verdadera situación económica de España. La Generalitat de Cataluña, por ejemplo, va a poner a la venta bonos patrióticos, al carísimo 4,7%, porque no ha podido colocar su deuda en los mercados financieros internacionales, mientras continúa con gastos ridículos, como las representaciones internacionales o embajadas de aldea.
A Javier Solana ya le conocemos, nos acordamos de cuando se manifestaba contra la OTAN y acabó siendo su secretario general, o cuando ordenó (la verdadera orden, por supuesto, fue de EE UU) los bombardeos en Yugoslavia, sin mandato del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, es otro gran oportunista marxista, no seguidor de D. Carlos, por supuesto, sino de Groucho, estos son mis principios pero, si no le gustan, tengo otros. Nosotros podemos desenmascararlo pero el PP, que ha compartido sus actuaciones, no.
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