De Sama a Gijón en Feve
Tenía que ir de Sama a Gijón. Por nostalgia, curiosidad, interés o no sé qué, decidí hacerlo en tren, en el antiguo "Tren de Langreo", en el que tantas veces habíamos viajado cuando éramos más jóvenes.
Qué pena, qué tristeza, rabia y sensación de abandono el que sentí, a medida que iba pasando por aquellas estaciones tan curiosas: Tuilla, Carbayín, Bendición, Pínzales, Sotielllo...
Cristales rotos, relojes destrozados, edificios totalmente abandonados y en ruinas, barandillas oxidadas, la maleza a los lados de las vías apoderándose del espacio por donde circula el tren. En bastantes lugares se sentían las ramas y maleza al rozar con el convoy al paso de este.
¿Dónde quedó el estado en que se encontraba cuando circulaban antes?
¡Menudo abandono! La impresión es de cualquier calificativo menos el de progreso.
Y para remate de la desidia y falta de comprensión, dos hechos incomprensibles:
El primero, cuando a la hora de sacar el billete, en una máquina, da la opción de utilizar o no la tarjeta "Renfe y tú". Como yo tenía un billete de los llamados reutilizables, que sirven para recargar y utilizar en varias ocasiones durante un tiempo, lo coloco para tal fin en el cajetín correspondiente y me aparece el mensaje: "Esta tarjeta no es válida para este sector". El viaje, es verdad, corresponde al trayecto Sama-Gijón de Feve y la tarjeta pertenecía a un viaje anterior correspondiente al trayecto Oviedo-Gijón de Renfe.
Obviamente, me expide otro billete "reutilizable", 50 céntimos más caro por ello, y de aspecto, tamaño y apariencia iguales. Solamente un pequeño logo "feve" los diferencia.
No se puede entender que siendo y destacando que las dos sean prácticamente iguales, no se puedan utilizar en ambos sectores.
El otro hecho que me dejó atónito fue al observar cómo en cada estación que paraba el tren, si la maquinista, según pasaba, apreciaba que alguna de las personas dispuestas a subir al tren no llevaba mascarilla, salía de su compartimento (iba sola) para indicarles que la pusieran, y si no la tenían, proporcionarles una. Esto me pareció alucinante.
Podría comentar alguna cosa más, pero con esto creo que es suficiente para recordar que parece que hemos retrocedido bastante en cuanto a los viajes en ferrocarril.
¡Ah! Y el viaje Sama-Gijón tuvo una duración de unos 90 minutos (27 kilómetros). En muchos tramos no se superaban los 20 km/h y en muy pocos alcanzaba algo más de 60 km/h.
¡Tercermundista el viaje! Y pensar que algunas campañas animan para que se utilice este medio de transporte.
¡Qué pena este retroceso!
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