La guerra fria
Quizás sea un titulo un tanto melodramático, pero se podría titular de otra manera menos fiel a la realidad el día a día de miles de padres separados y por añadidura de sus hijos?
Por motivos mas que conocidos por quien vive esta situación a diario y por miedo a represalias no voy a dar ningún nombre pero voy a resumir lo que la renombrada Ley de Igual-Dá ha traído a mi vida y a la de mi actual mujer, y evidentemente a la de mi hijo, pues al tener su madre la custodia por el mero hecho de ser mujer, vive diariamente una situación de lavado de cerebro y enfrentamiento de sentimientos, algo que los expertos denominan Síndrome de Alienación Parental, pero que sectores feministas dicen con la boca grande que no existe.
Tras casi tres años divorciado, y felizmente casado de nuevo desde hace seis meses, con una maravillosa mujer, que diariamente me hace ver que no se puede juzgar a todas por mal hacer de unas pocas, tengo que enfrentarme cada quince días a las nuevas mentiras con las que viene mi hijo en su cabeza. Un fin de semana cada quince días es el régimen de visitas (parece un museo, no un hijo), que uno de los mejores jueces de familia de Gijón me ha dado. La Custodia Compartida que mi letrado pedía en el divorcio no pudo llevarse a cabo, pues días antes de la vista, fui denunciado por malos tratos y acoso, y siendo culpable ya solo por ser denunciado, la custodia fue para la madre. Nueve meses después, con una pesada orden de alejamiento, visitando a mi niño en un Punto de Encuentro, fui absuelto, pues una persona inocente es como debe ser declarada, pero el efecto de la denuncia ya había sido conseguido, no darme la compartida. Ahora si quiero pelear por ello, pues ya se sabe, abogado, procurador, juicio, tiempo y dinero, sobre todo dinero. El dinero es el que nos lleva siempre a esta situación. No quiero generalizar, pero en mi caso particular es el detonante de todo. Yo solo quiero tiempo con mi hijo, ella dinero. Y hablo así porque después de que este verano haya habido un pequeño acercamiento de las partes (podíamos hablar sin llegar a reñir, solo temas del niño, que al fin y al cabo es lo único, afortunadamente, que nos une), al llegar septiembre y ponernos con la Liquidación de Gananciales que teníamos pendiente, en la cual sólo hay cosas insignificantes, pues la única propiedad que teníamos en el matrimonio fue vendida, llegó de nuevo la guerra. Solo se acuerda de lo que yo tengo, pero olvida todo lo que se llevó, incluido el coche. Y todo esto nos lleva al principio, que no es mas que lavado de cerebro a un niño de 7 años, que ha tenido que madurar para saber que su padre si le quiere, que la mujer de su padre no es una ladrona que va a ir a la cárcel por robar y decir mentiras, que si su padre va a tener otro hijo le va a querer igual (y eso que la madre ya tiene 2), que no nos separamos por que no quería estar con él, ni por que pegaba a su madre, etc,etc. La maldad de esta maravillosa mujer llega a tal extremo, que teniendo la orden de alejamiento llegó a denunciarme por ir al colegio del niño a verlo 5 minutos durante el recreo fuera de mi horario de visitas. Todo esto repercute únicamente en que un niño de 7 años habla y se expresa como si tuviera el doble, ha madurado prematuramente para darse cuenta de que intentan alejarlo de su padre, repercute en que un fin de semana estando de vacaciones, se coja de mi pareja y le pregunte ¿Por qué no puedes ser tu mi madre?, a esto lleva la codicia de un ser que cuando vivíamos juntos, buscaba mil excusas para justificar sus ausencias, sus escapadas de trabajo con su jefe, mientras yo me ocupaba de mi trabajo, de la casa, y por supuesto de mi hijo, que me fue arrebatado sin darme ni siquiera opción a replicar. Todo esto lo podría usar como arma contra ella, pero no creo que contar a un niño de 7 años estas cosas sea lo mas apropiado para su desarrollo intelectual. De momento, solo le doy todo mi amor paternal, cariño y apoyo, y si Dios existe y quiere, pondrá cada cosa en su sitio y a cada uno en su lugar.
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