Escatología e inquietud
En el año 2005, cuando tuve en mis manos el programa del curso presentado por la Universidad de Huelva “Historia de la mierda, cultura y transgresión”, después de tres lecturas, como si me sintiera avergonzado, me dije: “Esto no puede ser verdad”.
Alivió mi percepción culpable el hecho de que en el mismo figuraran como ponentes profesores prestigiosos de la Universidad de Huelva o Pablo Olavide, y catedráticos de la Universidad de Salamanca y las madrileñas Carlos III o Complutense.
Las conferencias se anunciaban con títulos de lo más escatológico, como “La mierda y la Iglesia medieval”, “Psicología de lo escatológico”, “Biología de la mierda”, “Mierda y contracultura” y “Heces humanas y efluvios metafísicos: Sexo, mierda y poesía”, entre otros.
Reconozco que no estoy cómodo, e intuyo que usted tampoco lo está, leyendo esta mierda, pero quizá le pueda la curiosidad si le recuerdo que recientemente el Gobierno del Reino Unido, con la “loable” intención de impresionar a los impresionables, declaraba un “incidente nacional” después de que se detectaran rastros del virus de la poliomielitis en las aguas fecales del norte de Londres; eso justo dos días antes de que la prestigiosa revista “Forbes” publicara un artículo con este titular: “Puede haber una nueva epidemia de polio en camino; si es así, ¿qué podemos hacer?”.
Me pregunto de qué sitio infecto salen algunos, de dónde tanta maldad y tanta inmoralidad inaceptables.
Estamos con la melodía final de “Benny Hill” sonando de fondo, e intuyo que hasta el mismísimo Stevie Wonder puede ver la que se nos viene encima al escuchar todas las informaciones que machaconamente, una y otra vez, anuncian catástrofes en cadena en todos los rincones del mundo.
Mientras te planteas si las cebras son animales negros con rayas blancas o animales blancos con rayas negras, todo lo que lees y escuchas te lleva a la conclusión de que claramente están sacando a la luz basura para “encontrar” otra enfermedad alrededor de la cual propagar el pánico con apocalípticos augurios.
Luego me pregunto: ¿cómo se detectaron rastros de virus en las aguas fecales londinenses que, al igual que otras aguas fecales, no dejan de ser una gran cantidad de mierda, literalmente?
Pero vamos a ver: ¿por qué la sociedad humana sigue haciendo esquizofrénicos?, ¿acaso hay gente con escafandra y “moscas” negras pixeladas saliendo de los rostros recorriendo las aguas residuales buscando virus? Solo un completo idiota con alergia olfativa podría, sin espasmos ni vómitos, creer semejante porquería.
Además, uno, mientras reza para que no haya olas, podría esperar que se encontrara alguna mierda desagradable en la mierda, porque eso es lo que hay. Caso cerrado.
Solo les digo a estos profetas del terror, con una boñiga de vaca por cerebro, que se vayan a la mierda. Están despedidos.
Saludos cordiales.
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