Inspiraciones mañaneras
Total, lo peor que le puede pasar a lo que escribo es que no sea publicado. Así que me he dicho, voy a coger el móvil, igual me inspira alguna chorrada.
Lo que primero me salta, en virtud de la actitud de Felipe VI Recibiendo a Biden.
Una de dos, o abrumado por el peso de Los Estados Unidos, o disminuido por la insignificancia que este Gobierno, y otros, ha propiciado para España, el Rey...
¡Un rey! ¡Que ni siquiera ha sido elegido por el pueblo! ¡Si no ungido por la gracia de Dios! Y que, para mayor inri, le saca al presidente americano, que no deja de ser un paisano de extracción común, ¡15 cm de estatura!, midiendo sus gestos con la escala que el Joe le dictaba con los suyos.
Es que ya hasta Pedro y Begoña se muestran renuentes a retratarse con los Reyes. Tiene que Letizia, que está en todo, echarles el lazo con su vena de asturiano internacional: ¡Epa, cristianu, ven pacá, que hay que cumplir el ingratu protocolo y hacenos la foto juntos!
Si España siguiera la máxima del Imperio romano con los traidores... otro gallo cantaría.
También he visto el menú servido a los jefes de Estado y consortes. Leyéndolo me han llamado la atención las “aceitunas esféricas”. Qué vaina.
Les sirves a esos carajos un choricín a la sidra, pa ir entrando en juegu, unes fabes con amasueles, tortilla con pimientu y choricín incorporaos a les patates y la cebolla, su quesu cabrales, unos frixuelos o arroz con leche y, ok, que nos llamarán peralos, de la boca pa fuera, pero, seguro, ahí mismo llamen al carajo proveedor del “material” para sus placeres privados y lu manden conseguir les recetes de eses peralades.
Mas, claro, para el ser humano, la originalidad es un arma fundamental para la notoriedad, “virtud” por la que muchos matarían y, para llegar a ella, ¡lo que sea! El tamaño de sus gilipoyéticas ocurrencias gastronómicas no tiene límites.
Pero siguiendo con el menú, me he dicho, ¡coño! menos mal que no estaba invitada, creo, la Irene, porque seguramente la habría montado.
Agarra al camarero por la solapa y ¡Oye, aquí nada de atún rojo, bogavante, tortilla de camarón... A mí me traes atuna roja, bogavanta, tortilla de camarona...! ¡Y si no no como! ¡Que ya está bien de discriminar!
La verdad que todavía es temprano y podría seguir, pero, lo sé. De chorradines, poquitines. si quies tener alguna opción de que te publique esti diario.
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