Si la ley no se respeta, estamos perdidos
Sirve el ejemplo de los Juegos Olímpicos de invierno. Cuando los intereses de cualquier tipo cuentan con algún poder, los intereses generales se orillan, se borran, se olvidan. Para eso sirven los pactos, o los acuerdos, más poderosos en este tiempo que la ley misma. El diccionario dice de la ley en primera acepción: “Regla o norma invariable”. La ley no se puede cambiar de un día para otro, pero se puede pasar por alto, ningunear, acallar o aplastar, lo que haga falta para sacar adelante el interés espurio que cuenta con el poder suficiente.
España es una nación, pero los intereses de una región pueden pasarla no solo por alto, sino por encima. ¿Cómo es posible? Todo es posible para el que ostenta algún poder en este tiempo adormilado, empobrecido, comprado. La ley que protege los intereses naturales, la seguridad, la convivencia y los derechos que realmente sean de derecho para todos los ciudadanos, sin concesiones ni abusos partidistas, podría ayudarnos en este desastroso presente. ¿Se siente el ciudadano seguro, protegido, apoyado en la conducta cívica, moral, ética, o como simplemente moneda de cambio, voto, cliente, aportador de fondos...? Si realmente la ley es una baraja de póker, entonces estamos perdidos ante los que juegan con ventaja, y vamos a descender cuesta abajo en todos los desafíos presentes.
Yo... seguiré confiando en el gobierno perfecto, libre de intereses de cualquier tipo que no sean los del ser humano, y el universo entero, protegidos por la ley perfecta. En realidad solo la ley de Dios puede ser perfecta: “La ley de Jehová es perfecta, hace volver el alma... hace sabio al inexperto... alegra el corazón... hace brillar los ojos... subsiste para siempre” (Salmos 19:7-9). Seguramente estaréis pensando que eso no es para nosotros, pero precisamente es lo que necesitamos, el Reino de Dios y su ley perfecta antes de que el calentamiento global, producido por todos; las pestes producidas por algunos, o el dominio nuclear de un individuo nos borren del universo.
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