Muerte feliz o muerte sin dolor
Con todo mi respeto a lo que las autoridades de la Iglesia claramente han dicho, quisiera hoy poner mi particular opinión, pues en este tema a todos nos surgen preguntas. Y nos vemos obligados a preguntarnos con la mayor seriedad y responsabilidad.
Hace unos años en un hospital de Madrid, antes de una operación, pasé y sufrí lo indecible. Fui incapaz de dormir durante varios días. Ni sedado. Si en algún momento me hubiesen ayudado a morir, lo hubieses deseado.
Desde hace unos años no volví a pensar así. Pero estos últimos años me horrorizaron ciertos casos en los que quienes cuidaban o atendían -supongo que deseando su muerte sin dolor- hicieron lo posible por sedarlos y facilitarles una muerte feliz. Sin su consentimiento, claro, aunque con el deseo de no verles sufrir. Todos deseamos evitar tal experiencia.
Ahora, sin conflicto de conciencia alguno, no entro en el debate abierto de la muerte feliz o eutanasia , activa o pasiva. Me preocupan más las personas que me acompañen en el momento de mi adiós. Seguirá el debate, es lógico. Solo pido que cuando a mí me llegue ese momento me acompañe la fe que Dios me ha dado y las personas que me amen.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo

