Esas personas, refugiadas o migrantres
Hoy había conversatorio sobre las realidades de las personas refugiadas de Palestina, Colombia y el Sahara y la reciente masacre vivida en Melilla.
Y estaba bien. En cuanto a que las realidades de esos países, y de Senegal y de Brasil, fueron compartidas algunos minutos, de testimonio y de valoraciones.
Kamtxaka fue el espacio propicio, en medio del bullicio de la Semana Negra gijonesa.
Cuando la CEAR entregó su informe del refugio en junio, documentaba que 630.630 personas habían solicitado asilo en 2021, y que al terminar el año había 758.645 personas que no recibieron la respuesta solicitada.
Extrapolables a territorio español las cifras son de 64.404 personas que trataron de lograr asilo (limitado ese trámite al que es difícil llegar para las mayorías), y que al término del año 104.404 expedientes quedaron sin resolución.
O sea, Europa resuelve el 35%, y España únicamente el 10% de esas demandas elementales.
Cifras que esta vez contrastan poderosa y escandalosamente con las 124.000 personas de origen ucraniano a las que este año de forma de “directiva de protección temporal” sí que fueron atendidas y aprobadas sus papelerías.
Y entonces la pregunta resulta elemental: Sí que se puede, ¿no? Cuando se quiere.
Y se retrata un comportamiento racista institucional, que fue denunciado hoy para con las personas procedentes de Palestina (ocupada ilegalmente por Israel, que practica la limpieza étnica como cada vez documentan más informes oficiales), las procedentes del Sahara (atrapadas en un limbo de apátridas que desconoce la colonización documentada de España en aquel territorio), o las muy numerosas personas que han tenido que huir del exterminio social practicado en Colombia, por ahora.
La UNRWA es la agencia destinada desde la ONU para atender a 5,6 millones de personas palestinas refugiadas, nada menos que desde hace 74 años.
El ACNUR atiende en lo posible a 173.000 personas saharauis en los campos de refugio en Tinduf.
Dice El Roto en algunas de sus viñetas: “Yo llegué a Europa siguiendo la pista a las riquezas de mi país”, o, “si la guerra sale mal en un sitio se monta en otro”.
La guerra contra las personas, en Colombia, en el Sahara, en Palestina, en la Frontera Sur, se cobra miles y miles de vidas.
La APDHA documenta 2.126 personas muertas cuando trataban de llegar a las costas europeas este año pasado.
Y tenemos los recientes y atroces hechos en Melilla, caracterizados por Sánchez, Marlaska y Robles como “bien resueltos”. O sea, bien muertos.
A la anestesia social y antihumana, que los gobiernos europeos y español tratan de imponer en sus necropolíticas de fronteras, se responde con… La ILP Regularización Ya, para la que se recogieron firmas hoy en Kamtxaka, y con el abrazo de los pueblos, que rezaba su pancarta de cabecera, que rechaza el racismo, el fascismo, las variadas xenofobias.
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