El debate sobre el estado de la nación
El presidente Sánchez ha identificado muy bien la cuestión: “El principal problema que tenemos es la inflación”. No hace falta ser muy listo para darse cuenta de eso, cualquiera que vaya al supermercado o a la gasolinera lo sabe y cualquiera sabe que España tiene una inflación interanual del 10,2%. No somos los únicos en Europa que tenemos una inflación muy alta, de hecho, hay varios países de la UE que la tienen más alta que nosotros, pero España sí es el país de los más grandes y poblados de la UE que más inflación tiene. Francia, por ejemplo, tiene poco más de la mitad de inflación que nosotros.
Una vez identificado nuestro principal problema, lo lógico sería procurar atajarlo, pero no ha ido por ahí el discurso del presidente del Gobierno. Lo primero que hay que decir a la gente es cuál es la principal causa de la inflación, que no es la “guerra de Putin”. Sánchez, sin rectificar el relato que lleva manteniendo desde hace más de tres meses, sí admitió que había otras causas además de la “maldad” del presidente ruso. Pero, decir la verdad a la gente, es decir, que la principal causa de la inflación han sido las políticas monetarias de los bancos centrales occidentales, en concreto imprimir billones de dinero fiat y repartirlos gentilmente, implica no solo señalar a los responsables de las desastrosas políticas monetarias, que también, dejaría con el culo al aire a los que han estado repartiendo gentilmente todo ese dinero sin prever las consecuencias. ¿Lo vamos entendiendo? Sánchez, pues, no solo no confesó la verdad, sino que se empecinó en el error y en seguir engañando, o, si usted quiere, engatusando a la gente con ese dinero fiat y con otros recursos que están por ver. ¿Alguien, en su sano juicio, piensa que poniendo el tren gratis, dando 100 euros más a los estudiantes y subiendo los impuestos a la banca, las eléctricas y las petroleras se va a luchar contra la inflación? No había acabado Sánchez su discurso y las acciones de esas empresas se habían desplomado en el IBEX35, es decir, me temo que la subida de esos impuestos ya ha sido descontada por el mercado y, lo peor, que la repercutirán en los clientes.
Se escucharon muchas tonterías en el hemiciclo, muy pocas cosas cabales, y ocurrencias que daban miedo (esta vez Abascal en vez de exigir un Gobierno de “salvación nacional”, al margen de las urnas y de la mayoría parlamentaria, como hizo en la moción de censura de Vox, lo llamó “de emergencia nacional”, otro nombre para el mismo golpe de Estado) y algunos olvidos clamorosos. Una de las pocas cosas cabales la dijo Pablo Echenique. El portavoz de Podemos identificó muy bien quién era el único país que se estaba beneficiando de la guerra en Ucrania y quiénes eran los más perjudicados: “Los ucranianos y los ciudadanos de la UE”. Echenique afirmó que “la paz es la solución”. La paz en Ucrania no sería la solución para la inflación, ya hemos aclarado su verdadera causa, pero la paz y el final de las sanciones a Rusia ayudarían mucho a que bajara el IPC con un más que previsible descenso rápido de los precios del petróleo, del gas, y de los alimentos. No parecen ir, desgraciadamente, por ahí los tiros. En fin, yo no voy a tener también ese olvido clamoroso, el del Sáhara Occidental y los pobres saharauis. Todavía quedamos algunos españoles con hidalguía.
A mí, qué quiere usted que le diga, no me parece nada progresista tener que pedir un crédito extraordinario, que habrá que pagar con intereses, para ir en tren gratis. La izquierda es muy dada a las medidas populistas falsamente progresistas, que luego pasan factura, bien sean en el ámbito económico o en otros ámbitos, como el de la inmigración. Es el buenismo estúpido que siempre acaba en malismo estúpido. Sin embargo, la derecha también es muy buena diciendo bobadas. Uno de los dislates que se escuchan mucho estos días, y que también se escuchó en el hemiciclo, es decir que la subida de los precios ha provocado que el Estado haya recaudado más de 6.000 millones de euros adicionales que no estaban contemplados en los PGE; eso es cierto, como también es cierto que igualmente ha operado la inflación en las partidas de gastos, que son más elevadas que las de ingresos. Lo que hay que hacer es eliminar gastos no prioritarios para los tiempos que corren y disminuir el IVA de los productos de primera necesidad y algunos gastos fijos de las empresas con esos recursos, eso sí lo puede hacer el Gobierno de Sánchez, pues la política monetaria no depende de él, pero, no lo hará. Es un caso de conciencia.
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