Pasionaria en la Semana Negra
Dos libros sobre Dolores con enfoques diferenciados en una misma mesa que presentaba y dinamizaba María José Capellín, quien había conocido a Pasionaria y compartía varias anécdotas sabrosas de su entrañable humanismo.
Historiador devenido en periodista, Diego Díaz, y periodista devenido en historiador, (dijo Capellín) Mario Amorós, llegaron por distintos motivos a sus libros: Diego dijo que por encargo, Mario que previendo cinco años antes el aniversario Cien del PCE y porque la nieta de Dolores compartió su archivo especial.
Valoraciones también diferentes de la figura y de las etapas históricas en que desarrolló su intensa vida Ibarruri (adaptativa y oportuna para Diego, con inteligencia natural para Mario), considerada por Mario y María José una de las figuras más emblemáticas del siglo XX.
Para el caso de Diego, su trabajo le traerá nuevas tareas en terreno del cine, mientras que Mario tiene ya orientadas sus energías en su siguiente libro, sobre Víctor Jara, su nuevo viaje a Chile, y la presentación del trabajo sobre el cantautor popular en la primavera. (¿Tal vez en Asturias entre las primeras presentaciones?).
Chile (biografías de Neruda, de Miguel Enríquez, de Allende, del cura valenciano Antonio Llidó asesinado-desaparecido por Pinochet, sobre los Rapa-Nui de la isla de Pascua) ha llamado la atención constante de Mario Amorós, y Chile tiene ahora una coyuntura muy especial y específica con la votación del 4 de septiembre sobre la nueva Constitución elaborada por una convención constituyente.
¿Se aprobará el nuevo texto con sus cambios y avances significativos, como demandaban las movilizaciones y “estallidos” sociales de los últimos años, o por el contrario será rechazado como preconizan las derechas y sus poderosos y casi únicos medios de comunicación y por lo mismo perdurará la que impuso el dictador Pinochet tras el golpe militar?
Un Golpe y una dictadura ante la que Dolores se pronunció de forma inmediata en aquel 1973: “La causa por la que hoy lucha el pueblo chileno y por la que ha muerto el presidente Salvador Allende es la causa de la democracia, es la causa del derecho de los pueblos a vivir en una patria libre y democrática”.
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