¿Por qué nos ponemos a la sombra?
Siempre que alguien, en esta época del año, se queja diciendo que hace un calor de 43 grados a la sombra, me recuerda a un amigo que inevitablemente les preguntaba que por qué se ponían a la sombra.
Ya sé que suena a chiste malo, pero somos tan incongruentes como la frase de mi amigo y es la razón por la que estoy escribiendo bajo un calor de 43 grados y no sé dónde ponerme, porque en la sombra no hay quien pare.
Quizás mi amigo tenía razón y su aparente broma encerraba algún mensaje que podría ayudar a soportar las temperaturas extremas que estamos padeciendo, al parecer como consecuencia del cambio climático, y que vamos a seguir padeciendo, probablemente en aumento, en todas las estaciones.
Es por ello por lo que habrá que encontrar algún refugio mejor que la sombra para protegernos del calor y de los insufribles políticos que nos engañan como a chinos, en primavera, en verano, en otoño o en invierno, porque cuando caen chuzos de punta no hay sombra que valga.
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