Salvemos el Monasterio de Valdediós
Llevo varios días incómodo, preocupado, con desazón, algo timorato, me viene a la memoria la noticia del abandono de los monjes cistercienses del monasterio de Santa María de Valdediós y no consigo asimilarla, no veo el valle abandonado y solo, triste, ¿acaso Jesús, nuestro Maestro, ha decidido que no volverá más, que ese lugar ya no merece su presencia?, El que es omnipresente ¿repudia Valdediós?. ¿Acaso otros lo hacen por El?
El conjunto de Valdediós, como es bien conocido, parte del siglo IX, con la construcción del conventín, construcción prerrománica o ramirense, pero allá por el 1218 se comenzó a construir la hoy denominada Iglesia de Santa María, por Gualterio, reputado maestro que ya había intervenido en la construcción de otros monasterios cistercienses en el reino de León. Tras diversas vicisitudes, en 1522 sufrió fuertes inundaciones, y en el siglo XVIII se realiza la mayor ampliación, conocida en la actualidad. Pero el culto se interrumpió en 1862, cuando falleció el último monje y cuando fue adquirido por el Arzobispado de Oviedo y donde se estableció un Seminario menor y posteriormente uno Diocesano hasta 1951. En 1986 el Principado de Asturias y el Arzobispado de Oviedo comienzan las restauraciones para que a partir de 1992 se instale en el una nueva comunidad del Cister.
La regla de San Benito ora et labora, fue asimilada con toda su plenitud por los monjes, lástima que no convencieran a los superiores. Y digo superiores refiriéndome a nuestra curia, pues han decidido cerrar uno de los símbolos de la religiosidad de nuestra Asturias. Por cierto y ya que finalizó el año de las cruces. ¿Algún cristiano de más de 40 años sintió en algún momento devoción, recalco devoción, por alguna de las cruces?, por la Cruz de la Victoria he sentido sumo respeto e inmenso orgullo, como símbolo de mi región, provincia, comunidad autónoma, o como se llame; por la Cruz de los Angeles, simplemente admiración por su belleza y respeto como símbolo de los carbayones. Pues a estos dos símbolos les dedicamos un año completo de peregrinación, exaltación, boato y pompas, en cambio a Valdediós, a Valdediós lo dejamos solo y triste, abandonado, gris y muerto.
¿O es que nuestro amado Arzobispo don Carlos Osorio, antes de su partida, decidió que con él vayan los del cister? No sea egoísta Monseñor, no nos despoje de la labor de los monjes, de su austeridad y sapiencia, no nos imponga el doble castigo de su ausencia y la de los monjes de Valdediós, A no ser que en el abandono existan motivos económicos, si es así y en este momento de crisis, de paro y de penuria, aplaudo su decisión, eso sí, si es para vender al mejor postor esa gloria del prerrománico astur, de la sillería y de todo lo que contiene y, como nos enseñó Cristo, repartirlo con los hermanos que tanto necesitan. Si, como presumo, yo que soy muy mal pensado, es para colocar un parador o un centro turístico, que contribuya a seguir enriqueciendo a esa parte de la iglesia que despilfarra el dinero en campañas como la de Monseñor Rouco en Madrid con los autobuses (Dios existe), le desprecio y le aborrezco, igual que abomino del Cardenal Rouco Varela que con su comportamiento no solamente no nos une a los cristianos, sino que nos dispersa y nos expulsa de los centros de oración. ¿Acaso cree el indigno Rouco que Dios necesita esa publicidad estúpida y ridícula? ¿Cree que con ese eslogan tan arcaico y trasnochado va a contrarrestar el contrario? Y encima tiene la desvergüenza de salir a decir que con los autobuses que llevan el cartel de Dios no existe, los cristianos nos sentimos incómodos, váyase a esparragar Monseñor y preocúpese de la Iglesia de base, de la cantidad de necesidades que hay en su Diócesis, de porque cada día tiene menos feligreses, de porque se le sublevan parroquias como las de Vallecas, de cómo se presentará al Padre con el bagaje que lleva.
Yo. monseñores, y estoy seguro que Cristo conmigo, estoy mucho más cerca de la Iglesia de Vallecas, del Foro Gaspar García Laviana, del Padre Angel, de la Asociación Salvador Gaviota de Fontarrón, de Redes Cristianas, incluso de los Monjes del Cister que de ustedes
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