Si quieres y queremos la paz, ¿habrá que hacer trabajos de paz como Mandela?
18 de julio, día internacional Nelson Mandela para la Paz. Y la ONU le dedica un Decenio a Madiba.
Que no. Que no queremos desfile militar aéreo en Xixón, por lo que supone de propaganda de guerra.
Con el anunciado presupuesto de Defensa para adquirir 50 F-35 se podrían comprar 200 hidroaviones con un coste de mantenimiento mucho menor. O 300 helicópteros contra incendios, 50 veces más baratos además por hora de vuelo. Y tal vez, si además hay otras medidas preventivas en nuestros campos, tal vez, esta incendiada tierra podría tener otra situación.
Nuestra seguridad no pasa por lo militar.
Con una inversión inferior se puede hacer gestión forestal, pastoreo extensivo, control de combustible en lugares estratégicos, gestión del paisaje y generar puestos de trabajo en el sector primario.
Si quieres la paz, prepárate para la paz. No gastes tus recursos en armamentismo inútil y destructor.
Si queremos aminorar el desastre climático... lo menos adecuado es el gasto militar que contribuye al destrozo del clima: la emisiones de gases de efecto invernadero de los aviones del Festival Militar Aéreo de Xixón se llevará por delante, superándolas, todas las medidas de reducción y movilidad que están en debate en el concejo, supuestamente aprobadas para reducir contaminación y gases nocivos.
El coste de un avión de combate equivaldría a 3.244 camas UCI.
España exporta por valor de 25.000 millones en armamento. Detrás del enorme negocio, hay una impresionante huella ambiental.
Los F18 que soportaremos el domingo cada hora y cada uno queman 6.800 litros de combustible JP8, además de requerir 1,5 millones al año en formación y otras cantidades en mantenimiento, lo que equivale a miles y miles de coches, de los que con buena intención se pretende disminuir su impacto en la ciudad y en el aire ya contaminado de Gijón.
¿Ya vieron la viñeta de El Roto? Dice: "Plantaron cerillas y se sorprendieron de que ardiesen".
Sí, arden nuestros bosques, y en vez de dedicar los recursos a prevenir y combatir esos incendios anunciamos más armamento militar y más escaparate de venta en los cielos de Gijón.
Una locura y una ausencia de soberanía.
La industria armamentística española tiene su papel en la guerra de Yemen. Mientras las bombas caían, varias empresas hicieron millonarias ventas al ejército de Arabia Saudí.
Gijón no puede ser la punta de lanza de la propaganda militar: esos recursos hacen falta para atender las necesidades sociales elementales, y las nuevas derivadas de los virus. Mucha más salud hace falta y mucho menos armamento. El virus del militarismo, contradice todos los valores de la igualdad y supone un varapalo para las propuestas feministas, que son esencialmente pacifistas.
Los F18 en obscena exhibición en nuestros cielos, de fabricación yanqui, además de llevar numerosos misiles destructivos, bombas de tercera generación norteamericanas e israelitas (o sea, que no son aptos para jueguecitos de guerra), han sufrido varios accidentes, tras sus acrobacias, con muerte de pilotos incluidos.
Hay alternativas y es la paz. La cultura de paz. Menos armamento, más salud. Gastos militares para fines sociales.
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