Mi amigo ya no está
Hace nueve meses se publicó en esta sección del diario la tragedia causada por un conductor ebrio, días antes de la celebración de la última noche del año. Mi amigo murió el pasado fin de semana después de una agonizante trayectoria que lastimó el estado emocional de toda una familia. Sus dos hijas nunca verán la vida de la misma manera. Un accidente automovilístico más; éste fue el precursor de una larga tragedia que terminó con el fallecimiento de la madre, convirtió al padre en un vegetal y en un soplo, dejó a dos hijas huérfanas arrebatándoles el núcleo de lo que siempre constituyó el cimiento de la familia. El causante de tanta tristeza sigue ahí, transitando por las calles de Oviedo, probablemente sin ningún remordimiento. Nunca mostró su rostro, nunca se oyeron sus palabras de pesar, nunca se supo de él. Mi amigo ya está en el cielo. Sus hijas quedaron en el averno psicológico de una tragedia.
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