Disfruté a tope
Hacía años que no subía al monte Naranco. Mucho es lo que tengo que agradecer a mi amigo Pedro por la hermosa mañana que me hizo disfrutar. Él, que es mucho más optimista que yo, me animó la mañana. Más de cuatro horas sin dejar de disfrutar.
Disfrutamos de todo. Y cuando le pregunto por aquel que parece un enorme condón, me dice que es obra de Calatrava. ¿Pero era eso lo que venía? ¡Qué osadía! No lo podrán llenar ni con toda la superexcitada afición del Real Oviedo, jugando ya una final de la Euroliga. Ni siquiera invitando a toda la efervescente artillería de las cuencas mineras de Langreo, el Caudal, Moreda, Aller y hasta de Pelúgano.
Pero desde el Naranco se ven maravillas. Tengamos paciencia. Como la mismísima sierra del Aramo, que tenía que ser ya de interés nacional. Y aún más: me dice que la hermosísima torre de la Catedral será un hermosísimo y amplio mirador. Será una maravilla, sin duda. Por fin los ovetenses podremos ver muy claro que existen sportinguistas buenos de verdad.
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