Los idiotas nos toman por idiotas
Convención de idiotas inteligentes y de idiotas no tan inteligentes a los que los poderes fácticos, en un excelente trabajo, les han convencido de que las sanciones a Rusia por la guerra en Ucrania consisten en pagar más caro el gas y el petróleo para hundir a Putin.
A menudo me pregunto si, cuando estamos viendo una contradicción flagrante en las historias que nos cuentan, realmente necesitamos ser unos expertos o nos vale con un poco de lógica y sentido común.
Pruebe con este ejemplo surrealista: el ministro federal de Asuntos Económicos y Acción Climática, Robert Habeck, tiene la "osadía" de advertir sobre un "escenario de pesadilla" causado por la inminente escasez de gas que amenaza con "desgarrar la sociedad", cuando fue precisamente él, el propio Habeck, y sus socios de coalición quienes bloquearon Nord Stream 2 e impusieron restricciones masivas adicionales a las importaciones de gas de Rusia.
En el colmo de la idiocia, declaró seguidamente: "Si seguimos haciendo lo que insistí que debemos hacer, el pueblo de Alemania pronto sufrirá enormes dificultades que podrían provocar disturbios (¡manda huevos!), y el colapso de la sociedad. Tenemos que prepararnos para lo peor". Ya digo, surrealista.
Mientras las sanciones estadounidenses convierten en muy ricos a Rusia, China, Irán e Israel, los precios de la gasolina, alimentos, vivienda y salud convierten en muy pobres a todos los demás.
George Kent, profesor del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad de Hawái, disipa dudas y define la receta cuando afirma: "El hambre tiene un gran valor positivo para muchas personas. De hecho, es fundamental para el funcionamiento de la economía mundial. Las personas hambrientas son las personas más productivas, especialmente donde hay necesidad de mano de obra".
Ya ve cómo, aplicando un poco de lógica y sentido común, se entiende perfectamente el conflicto de Ucrania: facilitemos el "acceso" al hambre y hagámonos ricos explotando a los que pasan hambre.
Como dice Fred Thompson en la famosa escena de "La caza del octubre rojo" (1990): "Este negocio se saldrá de control y tendremos suerte de vivirlo".
Saludos cordiales.
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