Me duele mi barrio
Me estoy refiriendo al Cristo-Buenavista, una zona depauperada como consecuencia de la crisis y el traslado del HUCA y también del fiasco del Calatrava, con más del 50 por ciento de los negocios cerrados, y por si todo esto fuera poco, abandonado por parte del Ayuntamiento, tan sucio y cutre que pareciera que estuviéramos en Burundi.
Me identifico como un vecino de la plaza Teodoro López Cuesta, donde tanto las aceras como el pavimento de la calle, lo mismo que el vino que vende Asunción, ya no se sabe de qué color son, tan sucias como no se recuerda en una ciudad que presume de limpieza.
No se crean que esto afecta única y exclusivamente a mi plaza, todo el barrio está de asco, y me imagino que las demás zonas y barrios de la ciudad correrán la misma suerte, excepción hecha de Uría y sus aledaños, que, por lo que se ve -y así lo deben de pensar los gobernantes del Consistorio-, es lo único que pisan y ven los foráneos que nos visitan. ¿Causas? No otra que la falta absoluta de limpieza, solo un día tras otro los empleados del carrito hacen un recorrido a vuela pluma, recogiendo apenas una mínima parte de lo más vistoso, y la suciedad se va acumulando e incrustando en las ranuras de las baldosas sin que las máquinas-fregonas ni las mangueras a presión aparezcan ni de broma. Si a todo esto añadimos que los perros también hacen su trabajo, impregnando esos espacios que forman el borde interior de las aceras con las fachadas del recalcitrante y maloliente ácido úrico, el resultado está a la vista; sales por el barrio y sientes vergüenza ajena.
¿Se acordarán de que a su llegada esta Corporación nos prometió que Oviedo no se iba a conformar con ser la ciudad más limpia de España, ni siquiera de Europa, sino del mundo mundial? Ellos iban a ser los más plus. ¿Qué sarcasmo, verdad? Yo les puedo asegurar sin temor a equivocarme que, a la vista de lo que hay, se puede afirmar que son los más guarros, y que no lo tomen como un insulto, sino como la constatación fehaciente de lo que se ve sobre el terreno.
A todas estas nos enteramos de que recientemente les han concedido la "Escoba de platino" y este servidor no sale de su asombro. Me pregunto: ¿qué entidad, organismo o asociación es la que concede estos galardones y en base a qué méritos o información? De verdad, esto es una broma de mal gusto. Si además leemos que el responsable de FCC, empresa adjudicataria de la limpieza, el jefe municipal de Servicios Básicos, el concejal de Servicios Básicos y Contratación y el responsable de limpieza viaria, en un acto de pura comedia, le hacen entrega al señor alcalde del trofeo -o sea, como Juan Palomo, ellos se lo guisan y ellos se lo comen- la cosa ya es de carcajada.
Y a todo esto, ¿dónde está la leal oposición? ¿No tendrían que ser ellos los que estuvieran haciendo el trabajo de este humilde servidor, pateando la ciudad, comprobando estos hechos tan meridianos y denunciándolos públicamente? Me defraudan.
Esta inoperancia no se circunscribe solo a la limpieza, también el mantenimiento de los parques y zonas verdes en los barrios es totalmente insuficiente y ello favorece que ratas como gatos correteen por la plaza a plena luz del día. El colmo.
Podría seguir, pero debo concluir no solo por imperativo legal, sino también para no parecer reiterativo, así que invito a los concejales de los diferentes grupos a que nombren una comisión que se encargue de visitar el barrio y que comprueben con sus propios ojos algo tan evidente como lo aquí denunciado. Y que si tienen estómago para ello, se sienten en los bancos del pequeño parque de mi plaza, con más suciedad que el palo de un gallinero.
Otrosí digo que en absoluto he maximizado los hechos aquí expuestos, más bien, por lo dicho en el párrafo anterior, me he quedado corto.
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